La historia viviente
Trayectorias políticas

Eduardo Duhalde asumió la Presidencia el 2 de enero de 2002, en un contexto económico crítico

Eduardo Duhalde asumió tras ser elegido por la Asamblea Legislativa.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 2 de enero de 2002 el senador nacional y ex gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde, asumió la Presidencia de la Nación en el marco de una grave crisis económica, social e institucional que hizo que la Argentina conociera cinco presidentes en doce días.

Duhalde -que en la carrera presidencial de 1999 había sido derrotado por Fernando De la Rúa- fue elegido por la Asamblea Legislativa, con el apoyo de la mayoría del peronismo y de algunos sectores de la oposición, para completar el mandato de quien dos años antes lo había vencido en su intento por llegar a Balcarce 50.

Con la economía en recesión desde 1998, el gobierno de la Alianza había demostrado ser incapaz de corregir el rumbo. La renuncia del vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez no hizo más que acelerar la caída y un años después De La Rúa abandonó el poder en medio de una violenta represión que dejó 39 muertos y cientos de heridos.

El nuevo presidente heredó un país en ruinas, con una deuda externa impagable, una pobreza que superaba el 50 por ciento, una desocupación que rozaba el 25 por ciento, un modelo económico agotado y una sociedad movilizada y descontenta.

En su primer discurso, Duhalde anunció el fin de la convertibilidad, que había fijado el valor del peso al dólar durante una década, y la implementación de un régimen de tipo de cambio flotante. También prometió reactivar la economía, renegociar la deuda, combatir la corrupción y convocar a elecciones anticipadas para el 2003.

Sin embargo, su gestión no fue fácil ni exitosa. Tuvo que enfrentar el corralito bancario, que limitaba el acceso a los ahorros de los ciudadanos, la hiperinflación, que erosionaba el poder adquisitivo, los cacerolazos, que reclamaban su renuncia, y los piquetes, que exigían planes sociales.

El primer ministro de Economía de Duhalde fue Jorge Remes Lenicov, que lo había acompañado en el mismo cargo en tiempos que el “Cabezón” gobernaba Buenos Aires. Ante la falta de resultados Remes renuncia y en su lugar asume Roberto Lavagna. Sobre el final de ese caótico 2002, comenzaron a verse los primeros resultados, pero antes hubo que pasar meses muy duros.

Además, sufrió el desgaste político por el asesinato de los militantes piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, a manos de la policía bonaerense, en la llamada Masacre de Avellaneda, el 26 de junio de 2002.

La muerte de los activistas en el marco de una jornada de protesta en el sur del Conurbano derivó en el adelantamiento de las elecciones presidenciales, que se realizaron en abril, seis meses antes de lo previsto. En un mensaje emitido por Cadena Nacional, el presidente Duhalde ratificó la convocatoria y aseguró que él no iba a ser candidato.

Duhalde cumplió con su palabra de no participar de la contienda electoral, pero trabajó activamente por la candidatura de Néstor Kirchner, luego de los frustrados intentos de llevar, primero al cordobés José Manuel De la Sota y luego al santafesino Carlos Reutemann, como candidatos oficialistas.

El Partido Justicialista tenía tres candidatos, pero no logró dirimir su interna. Por esa razón la justicia electoral determinó que podían competir todos, pero sin hacer uso de los símbolos partidarios. Así fue que se presentaron Carlos Menem, por el Frente por la Lealtad; Néstor Kirchner, por el Frente para la Victoria y Adolfo Rodríguez Saá, por el Movimiento Nacional y Popular.

El expresidente Menem ganó la elección, pero por muy poco sobre el segundo, por lo que era necesario concurrir a una segunda vuelta con Néstor Kirchner. En la previa al balotaje las encuestas eran favorables al santacruceño, por lo que Menem decidió dar un paso al costado para que Kirchner no obtenga en las urnas un triunfo contundente.

Menem comunicó al país que no iba a participar del balotaje el 14 de mayo de 2003. Ironías del destino: otros 14 de mayo el riojano ganó elecciones, en 1989 y 1995.

Finalmente, el 25 de mayo, Eduardo Duhalde le entregó a Néstor Kirchner los atributos presidenciales. Una nueva era había comenzado.

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