
Piturro, quien nunca opina de política, ya que su preocupación son las mujeres, se cruza con Don Abstemio, que de tanto alcohol a veces pasa de alegre a negativo o apocalíptico.
-¿Vió, Don Abstemio? Las autoridades municipales ya comenzaron con obras públicas asfaltando calles.
- Lo de siempre, Piturro –responde su interlocutor botella en mano y lanzando un sonoro eructo con sabor a vino blanco barato- el viejo negociado, les ponen calcáreo, las dan un bañito de afalto rebajado y después facturan como cemento de primera.
-Usted siempre buscándole la quinta pata al gato, Don Abstemio.
-Ese menjunje no dura ni un año, se desgrana produciendo baches, y luego viene el emparche, Piturro.
- Con usted no se puede hablar, don Abstemio. Se resiste a ver el progreso de la ciudad, solamente porque la bebida lo pone negativo. Vamos. Lo invito a disfrutar de las aguas danzantes de la fuente y de paso se le va la resaca.
- Callate, Piturro. Me hiciste acordar de que en mi casa y en el barrio, como en todos los veranos, por culpa de ABSA, nos quedamos sin agua….
(Cualquier parecido con la realidad no es simple coincidencia)