Provincia de Buenos Aires
Panorama Político

En las arenas de la costa bonaerense, Kicillof busca quedarse con el bastón de mariscal

El gobernador bonaerense Axel Kicillof se instala en la costa y sueña con quedarse con el bastón de mariscal. (Dibujo: NOVA)

El jueves a la tarde noche el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, recibió otra lección que en la política no pueden intervenir solamente los técnicos.

Con un Gabinete y primer anillo de confianza con pocos antecedentes de militancia política, dos intendentes hicieron naufragar la sesión que buscaba consolidar el presupuesto para 2025, la fiscal Impositiva y, lo más imperioso para la Casa de Gobierno, el endeudamiento.

“Bienvenido a la rosca”, le dijeron a Kicillof. Aunque no es la primera vez, el gobernador se llevó un baño de realidad y ve de lejos el sueño de ser el personaje insurgente que pueda salvar al peronismo para las próximas elecciones ejecutivas en 2027, cuando Javier Milei quiera ir por un segundo mandato.

Desde el martes al jueves a la noche, el gobernador vio que la negociación se empantanaba y, en lugar de buscar una salida política, ponderó a sus espadas de negociación: el ministro de Economía, el técnico Pablo López y su esposa, la secretaria general de la Gobernación, Agustina Vila.

Con nulo pasado de militancia, la pareja que mandó Kicillof a negociar carece de mesas de rosca y basan su discurso en cuestiones meramente numéricas.

“Les faltó cintura para negociar y Dichiara junto a De Jesús, que se dedicaron siempre a la rosca, le comieron el presupuesto”, le dijo a NOVA un experimentado legislador opositor.

La lectura de la semana fue que el Instituto Patria le puso un freno a Kicillof y le marcó la cancha. En concreto, se aseguraron que el gobernador no tenga un endeudamiento para disponer de fondos en el año electoral y condicionar el uso de fondos que, de mantener sintonía fina, el gobierno podía garantizar a los alcaldes propios.

El escenario que prepara La Cámpora es de guerra total con el gobernador. “Lo quieren llevar al límite de la ruptura y echarle la culpa del fracaso electoral del 2025”, marcan cerca de Kicillof, en claro enojo con el accionar de sus pares de Unión por la Patria.

“La mandas a Vila a negociar y te pasa esto. Mientras Carlos Bianco está comiendo churros en la costa. Son impresentables”, dijo un peronista que no simpatiza con el mandatario provincial y acompañó a Cristina Fernández de Kirchner en la asunción como autoridad partidaria semanas atrás.

No son pocos los que ven una debilidad en la figura del ministro de Gobierno, Carlos Bianco. Durante los primeros días de diciembre se estudió la posibilidad de la llegada de un intendente de la Mesa de Ensenada al gabinete y distribución de tareas, dando responsabilidades políticas para hacer equilibrio en la discusión interna del peronismo. Sin embargo, esa idea naufragó y las consecuencias repercutieron en la Legislatura.

Ahora, con el Operativo de Sol a Sol en marcha, Kicillof quiere quedarse con el bastón de mariscal y pretende, por un lado, sacar el presupuesto con endeudamiento luego de Navidad y ponerse al hombro la campaña legislativa durante la temporada de verano.

Para eso, rediseña la estrategia y pone en foco la discusión interna. Llevará como bandera las plazas del pueblo y saca a la cancha la vieja campaña de 2016/2019, que lo llevó como el dirigente insurgente para competir con un macrismo que soñaba con perpetrarse en el poder.

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