La historia viviente
Exclusivo de NOVA: Capítulo 2

Raúl "Cacho" Castro padre: La historia de un testigo silencioso del 17 de Octubre de 1945

Díaz Martinez, Raúl Castro hijo, la Subsecretaria de Obras Públicas de Berisso y Raúl Castro padre.

Por Alejandro Casalongue, de la redacción de NOVA

El 17 de octubre de 1945 es una fecha que resuena con fuerza en la memoria colectiva de todos los argentinos. En ese día, miles de trabajadores se alzaron en apoyo a Juan Domingo Perón, desencadenando una de las revoluciones políticas más trascendentales de la historia del país.

En medio de esa conmoción histórica, un joven militar, entonces de tan solo 25 años, se encontraba entre los testigos directos de la jornada. Su rol, aunque en la retaguardia, estuvo marcado por la decisión y el compromiso con el momento que se vivía.

Este joven, que formaba parte de los movimientos peronistas dentro de las Fuerzas Armadas, fue testigo y protagonista de las transformaciones sociales y políticas que comenzaban a gestarse en Argentina.

Mientras las masas obreras marchaban hacia la Plaza de Mayo, él y sus compañeros militares salieron a custodiar la marcha de los trabajadores, siendo parte de la monumental movilización que catapultó a Perón a la presidencia. En ese contexto, su acción estuvo marcada por la firmeza y el apoyo a los trabajadores, cuyas luchas representaban un cambio profundo en la estructura social del país.

Sin embargo, esa jornada de revolución no fue la única en la que su figura se destacó. Años después, cuando las aguas se calmaron, su compromiso político lo llevó a sumarse activamente al proceso de organización de los sindicatos, y con el tiempo se consolidó como una figura clave dentro del movimiento peronista.

Pero su vida no se limitó solo a la política. Este joven, que también fue deportista y hombre de familia, vivió los cambios de su tiempo con una pasión que lo llevó a luchar por lo que consideraba justo.

Un momento clave de su vida, fuera de las movilizaciones políticas, fue en los campos de batalla. En las maniobras militares posteriores, durante los ejercicios de combate, su valentía fue reconocida por el presidente Pedro Pablo Ramírez, quien lo condecoró por su coraje en el campo de combate.

En una de esas maniobras, al cruzar un arroyo con la placa base de un mortero, este joven militar se encontraba en su puesto de apuntador, realizando su tarea con precisión y valentía, en medio de la tensión del combate. Su actuación fue ejemplar y digna de ser reconocida por su país, un acto que reafirmó su compromiso con la Nación.

La historia de este hombre, hijo de su tiempo y protagonista de su país, refleja la transformación de una generación que, entre lucha, sacrificio y esperanza, se encargó de forjar la Argentina moderna.

Su vida, marcada por el deporte, la familia y la política, es testimonio de la entrega de un joven que, en cada paso que dio, contribuyó al proceso de transformación de su país. Un hombre de acción, cuya figura, aún en silencio, fue clave en los acontecimientos que cambiaron el curso de la historia argentina.

Esta historia continúa y la iremos relatando semana a semana desde NOVA, donde relataremos biográficamente el día que Cacho Castro padre estuvo en la Plaza de Mayo ese glorioso 17 de Octubre arriando la bandera argentina junto a los cabecitas negras, como los bautizó Eva Duarte de Perón.

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