Humor
¡Qué par de pájaros los 2!

Amor en tiempos de grieta: la insólita historia de Javier y Cristina

El presidente Javier Milei besando a su némesis: la ex jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner.

Dicen que del odio al amor hay un paso, y en la política argentina, ese paso podría ser un tango apasionado entre dos figuras que jamás imaginarías juntas: Javier Milei y Cristina Fernández de Kirchner.

¿Cómo ocurrió? ¿Qué conjunción astral desató esta unión impensada? Aquí va la historia de amor más improbable de la grieta argentina.

Todo comenzó una noche en el Congreso. Milei, con su melena al viento y su clásica chaqueta de cuero, se cruzó con Cristina, envuelta en su poncho patagónico y un aire de reina sin trono.

Él estaba gritando algo sobre eliminar el Estado; ella, hablando con algún legislador sobre el regreso del "modelo nacional y popular". Un intercambio de miradas bastó para encender la chispa: el león había encontrado a su tigresa.

“Ella es un parásito estatal, pero tiene unos ojos que me hipnotizan”, habría confesado Milei en privado a su círculo íntimo. Por su parte, Cristina habría dicho: “Es un anarquista loco, pero hay algo en su caos que me resulta… atractivo”.

Pronto, los rumores de encuentros clandestinos en la biblioteca del Congreso comenzaron a circular. Testigos aseguraron haberlos visto debatiendo acaloradamente sobre la inflación y la emisión monetaria, pero entre cada grito, había risitas nerviosas y miradas cargadas de tensión.

Se dice que Milei, en un gesto romántico, le regaló un libro de economía austríaca con una dedicatoria que decía: “Para que entiendas por qué el gasto público es el mal absoluto”.

Cristina no se quedó atrás. En su clásico estilo, le envió una carta manuscrita en papel de lujo: “Javier, vos despotricás contra el Estado, pero te encanta debatir conmigo, la máxima exponente del modelo que detestás. Admitilo: somos dos caras de la misma moneda. Y vos, como buen economista, sabés que la moneda siempre tiene dos lados”.

La relación, aunque apasionada, no fue fácil. Milei insistía en eliminar los ministerios y Cristina quería crear nuevos, incluso uno llamado “Ministerio del Romance Patriótico”. Se peleaban por todo, desde el precio del dólar hasta el lugar para la primera cita. (Él quería una parrilla autogestionada; ella, un café en Puerto Madero).

La grieta política seguía intacta, pero en el fondo, ambos sabían que compartían algo único: un amor imposible que desafiaba las leyes de la economía, la política y la lógica misma. Porque si algo puede unir a dos opuestos, es la certeza de que, después de tanto discutir, solo el amor puede salvarnos de nosotros mismos.

Dicen que ahora planean escribir un libro juntos: "El neoliberal y la peronista: manual de supervivencia amorosa en un país imposible". ¿Llegará esta historia a buen puerto? En Argentina, todo es posible.

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