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Sus candidatos reflejan su propio embrollo legal

Los nominados de Trump en el ojo de la tormenta: alegatos sexuales persiguen a algunos de sus candidatos designados

Trump sigue haciendo nombramientos que solo pueden sorprender a quienes no le han escuchado durante meses describir sus planes.

El expresentador de Fox News, Pete Hegseth, seleccionado por Donald Trump para el Departamento de Defensa, enfrenta nuevas revelaciones sobre una supuesta agresión sexual ocurrida hace siete años en California. Según un informe policial, una mujer acusó a Hegseth de haberla agredido sexualmente tras un evento en octubre de 2017, donde él fue orador. La mujer alegó que Hegseth tomó su teléfono, bloqueó la puerta de su habitación de hotel y se negó a dejarla salir.

Hegseth ha negado las acusaciones, afirmando que el encuentro fue consensuado. Sin embargo, su abogado confirmó que llegó a un acuerdo con la acusadora que incluía un pago no revelado y una cláusula de confidencialidad. A pesar de no haber sido procesado, la situación ha generado un intenso escrutinio sobre su idoneidad para el cargo en el contexto de su nominación.

El informe detalla que la mujer se sintió incómoda con el comportamiento de Hegseth durante la noche del evento y que posteriormente sufrió pesadillas y pérdida de memoria relacionada con el incidente. Aunque Hegseth sostiene que no hizo nada malo, las revelaciones podrían complicar su proceso de confirmación en el Senado.

En otra nube que se cierne sobre la elección del gabinete de Trump, una demanda alega que Linda McMahon, a quien el presidente electo quiere para dirigir el Departamento de Educación, permitió a sabiendas la explotación sexual de niños por un empleado de World Wrestling Entertainment (WWE, por sus siglas) ya en la década de 1980. McMahon niega las acusaciones.

También hay un nuevo escrutinio de las acusaciones de que el seleccionado de Trump para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. manoseó a una niñera a tiempo parcial que trabajó para él entre 1998 y 1999. La mujer, Eliza Cooney, dijo que ojalá “eligiéramos a gente con menos esqueletos en el armario”. En una entrevista de podcast durante el verano, Kennedy se negó a reconocer las acusaciones planteadas por primera vez por Vanity Fair, pero luego dijo que había tenido una “juventud muy alborotada” y que no había sido un “niño de iglesia”. Cuando se le preguntó directamente si negaba haber agredido sexualmente a Cooney, Kennedy repitió: “No voy a hacer comentarios al respecto”.

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