Sexo y erotismo
¿Lo practicarías?

Sexo tántrico: el camino de autodescubrimiento al placer

La filosofía de origen oriental lleva a quien lo practica a un camino de autodescubrimiento del placer a través de los sentidos.

El tantra es una filosofía oriental de muchos siglos que tiene como lógica reivindicar el placer, el cuerpo, la afectividad y lo vincular. "El tantra es una práctica que te va a regalar presencia, conciencia y un poco de no tomarte las cosas tan en serio”, explica Federico Andrek, licenciado en Psicología y sexólogo.

El sexo tántrico se contrapone a la idea tradicional: deja de lado lo dual y la distinción mente-cuerpo. Una de las premisas para lograr el objetivo y alcanzar el placer es jugar teniendo en cuenta que no hay necesidad de llegar a ningún lado.

“En comparación con la mirada falocentrista, en la que solo se busca la "descarga", la sexualidad tántrica tiene un fin completamente opuesto”, explica Andrek y aclara que a lo largo del proceso todo lo que sucede, aparece o acompaña, es parte y está bien, ya que tiene que ver con la presencia y la conciencia.

Un encuentro o práctica de tantra puede centrarse en la mirada, el tacto o el recorrido del cuerpo con masajes e incluso con determinados tipos de toques, posturas o contenciones. “Es entender que todo ese encuentro de lo erógeno y lo erótico que está sucediendo es un encuentro sexual que no solo se reduce a la genitalidad. Y aunque haya penetración, la intención es poder habitar eso que está sucediendo en ese momento, no por los surcos habituales que tenemos marcados en el placer. Es un redescubrimiento de los sentidos”, describió Andrek.

Las claves del sexo tántrico

La preparación del espacio en donde se lleve a cabo el encuentro tántrico es crucial. Este tiene que ser agradable y brindar comodidad a los participantes. La superficie, la luz y el sonido tienen que estar orientados a los sentidos y no debe haber interrupciones.

“Es eso donde se va a expresar o que vamos a esperar que algo que se exprese tenga lugar y sea amable. Y si es compartido, obviamente, que haya consenso y ganas de explorar. La respiración, las miradas y el tacto son simples elementos que pueden colaborar a tener una experiencia sensorial y placentera. La experiencia puede ir desde recorrer el cuerpo del otro con la yema de los dedos o la palma de la mano", cuenta Andrek.

Cualquier persona de cualquier edad puede practicar sexo tántrico. El único requisito es que tenga deseos de descubrirse. El encuentro puede comenzar con una respiración guiada o circular, de cuatro tiempos que consiste en inhalar y exhalar sosteniendo en cuatro tiempos.

“En este proceso hay que seguir teniendo en cuenta los sentidos. No hay un órgano, sino una necesidad. Poder escucharse en lo propio orgánico e ir abriendo eso”, aclaró Andrek. De esta manera la sensorialidad, la piel, el tacto, el placer y lo vincular se experimentan desde un nuevo ángulo. "No hay que llegar a ningún lado, si me tocan y hay deseo y hay placer, tampoco tengo que hacer o me tienen que hacer tal cosa. Eso en sí mismo está buenísimo y no tengo ni que ir a lo sexual", aseguró el especialista.

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