En su intervención, Mogetta destacó que la medida “complicó la vida de los trabajadores comunes” y afirmó -otra vez sin que se le caiga la cara- que no existen razones concretas para este paro, ya que se basa en argumentos abstractos como "justicia social y soberanía". A pesar de la protesta, el paro no fue total, dado que la UTA (Unión Tranviarios Automotor) no se sumó, lo cual mantuvo el servicio de colectivos en funcionamiento. No obstante, el impacto sobre los pasajeros fue significativo.

El Gobierno intensificó su campaña de comunicación, publicando en varias estaciones ferroviarias el mensaje: “Los sindicalistas no te dejan ir a trabajar” e instando a la ciudadanía a denunciar cualquier inconveniente a la línea 134. La misma consigna fue enviada ayer a millones de usuarios a través de la app Mi Argentina, señalando directamente a Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, y a Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), como responsables de la medida.

El paro fue organizado por la Mesa Nacional del Transporte, integrada por Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Omar Maturano (La Fraternidad), Juan Carlos Schmid (FEMPINRA), Pablo Biró (APLA), y Raúl Durdos (SOMU), con el respaldo de otros líderes como Beto Pianelli y Néstor Segovia (Metrodelegados), Marcelo Pariente (motoqueros), Jorge García (peones de taxis), Graciela Aleñá (viales) y Roberto Coria (guincheros).

Desde el Gobierno, se considera que la medida es una muestra de confrontación liderada por Moyano, quien representa el “ala dura” de la CGT, en oposición al diálogo promovido por otros sectores de la central obrera. El vocero presidencial Manuel Adorni calificó la huelga como un "paro político" y afirmó que los sindicalistas solo buscan “defender sus privilegios a costa de la mayoría trabajadora”.