Reforma política, el dolor de cabeza que tiene el gobernador bonaerense Kicillof por el ahogo financiero
Si respetamos los tiempos actuales, en 367 días los argentinos volvemos a las urnas para determinar la nueva conformación del Congreso nacional, mientras que los bonaerenses esperan expectantes lo que el Gobierno provincial prepara para las ocho secciones que definen el nuevo tablero político de cara al 2027.
La preocupación que hoy muestra el Ejecutivo provincial se da en cuatro escenarios, aunque la duda es una sola: desdoblar o no la elección de octubre.
Axel Kicillof enfrenta tres problemas de cara a las próximas semanas, que comienza el proceso de discusión para no correr sobre el límite de una posible Reforma Política. Por un lado, desde el Ejecutivo evalúan una eliminación de las Elecciones Primarias, Abiertas, Obligatorias y Simultáneas (EPAOS).
En caso de lograr eliminar las EPAOS, Kicillof abre la disposición para que se lleve adelante una discusión interna de los partidos para avanzar en la conformación de las listas, aunque el ahorro que puede tener en las arcas bonaerenses es una tentación para llegar al objetivo, el desdoblamiento.
Uno de los anhelos del gobernador Kicillof es “discutir un modelo de Provincia” y querer despegarse de la discusión nacional al momento de la elección. “Nos corren los tiempos de lo económico y no nos deja discutir qué provincia quiere cada partido”, le dijo un ministro a NOVA.
Sin embargo, desde ahí nace la segunda problemática que se encuentra el Gobierno, el financiamiento. Si se desdobla, Kicillof deberá pensar en la compra de urnas y boletas, aunque uno de los ministros que se encarga de comunicar a los ingenieros electorales, le dijo a este medio que “si hay boleta sábana, se van a tener que encargar los partidos”.
Otro de los problemas que se presenta es la logística. Es que por un lado, la clave estará en la custodia, dejando de lado la seguridad de los bonaerenses por priorizar el uso de la Policía provincial, además del traslado y la carga de datos, que se realiza mediante el Correa Argentino y que no deja de tener sangría de sus trabajadores por el ajuste de Javier Milei.
En este escenario, el líder del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, prepara un proyecto superador para descomprimir el efecto de la Boleta Única Papel. El borrador, que ya lo tiene Kicillof, busca empoderar el poder territorial de los intendentes, aunque desde el massismo avisaron que el condicionamiento es “no tocar” la reelección indefinida.
Es que 50 de los 81 intendentes que no pueden ser reelegidos en 2027 son del peronismo, entre ellos, algunos popes históricos y que mostraron incapacidad de poder desarrollar una sucesión para sus cargos. Lo mismo pasa con el radicalismo, donde una veintena de alcaldes no podrá jugar en el próximo ejecutivo.
En una charla en un completo off, un alto dirigente le dijo a NOVA que la clave va a estar en “el quilombo” que va a ser votar con Boleta Única. “Todavía no saben explicarla, imagínate lo que va a ser con la gente”, bromeó y recordó la elección concurrente en Capital Federal, donde la entonces precandidata presidencial, Patricia Bullrich, tardó 30 minutos en votar.
Ese escenario le abre a Kicillof un panorama saludable pese a los problemas internos del peronismo. Se diferencia de Javier Milei y puede mostrar un modelo sólido para votar, la tradicional boleta sábana, que será más corta y podrá contabilizarse mucho más rápido, compromete a los alcaldes a cuidar la boleta seccional para quedarse con la mayoría en la Legislatura, una deuda para el peronismo en los últimos años.