1- Agencia Nova

En otras ocasiones hemos hablado contigo de la aparente “despreocupación” que muestran tanto tú como la Compañía TRIBECA NEW YORK MUSIC respecto de las ventas de tus álbumes. ¿Es verdadera o simplemente una sensación que tienen quienes te entrevistan?

J. De Niro:

Tal vez sean un poco ambas cosas. Por supuesto que las ventas nos interesan, pero otra cosa es “preocuparse”.

Las ventas hacen a la sustentabilidad de todo el trabajo. Lo que relativizamos es la evolución de las mismas en un período determinado de tiempo.

Hay gran comunión entre el actual equipo de producción que me asiste y yo mismo.

Es muy difícil lograr la unificación de criterios. Consulten a cualquiera en diferentes disciplinas o rubros de toda actividad comercial y verán que, a diferencia de otros tiempos, hoy la urgencia por lograr resultados inmediatos invade e histeriza a todo el comercio, en particular en el arte.

Un film que cuesta millones de dólares, por económico que se pretenda, si no obtiene una respuesta masiva al cuarto día de su estreno va a parar al archivo de “fracasos”.

Y esto no debe ni puede ser así. Otrora, al menos en la música, los productores eran capaces de sostener largo tiempo a un artista hasta lograr imponerlo o conseguir que el público lo escuche y comprenda.

2- Agencia Nova:

¿Quién ha conseguido imponer el criterio antiguo en nuestros tiempos modernos dentro de Tribeca New York Music?

J. De Niro:

Gente importante que pertenece al mundo del cine y que ha sido víctima durante muchos años de esas políticas coercitivas y de altísima presión sobre los productores.

Tribeca New York Music tiene un team numeroso, pero detrás del mismo hay quienes trazan la política “artística” por encima de la comercial, si bien no aparecen formalmente.

Si se tratase solamente de ganar dinero, no echarían mano de un cantante de mis características ni de mi edad.

Hay una reivindicación de lo estético, aun cuando se trate de una estética discutible, como es natural. No hay unanimidad en ese tema. También hay un criterio de ir contra la corriente.

Es una filosofía de vida.

3- Agencia Nova:

Alguna vez has comentado acerca de tu tendencia de ir contra la corriente.

J. De Niro:

Es una actitud innata en mí. Viene desde la infancia. Inclusive, cuando era adolescente, detestaba hacer y vestir como mis amigos. Siempre recuerdo una graciosa anécdota. Estando en el bachillerato, un día de mucho frío, habida cuenta de que el abrigo que tenía era de años anteriores y me resultaba pequeño, me puse un “poncho chalina” como esos que se usaban antiguamente, sobre todo en áreas rurales y que solía haber en viejos baúles.

A los pocos días, muchos de mis compañeros trataron de conseguir uno y se hizo moda. Quienes saben que eran “los caqueros” lo deben recordar.

Fue tendencia en los sesenta, como el folklore del nuevo cancionero. Fue un fenómeno integral que se dio, sobre todo, en las clases intermedias de la Argentina.

No concibo que un ser humano, beneficiado desde ya con el milagro de la vida, pase por ella sin intentar cambiar nada y se masifique como manada. Todos se cortan el cabello igual, todos aceptan mansamente los designios de la moda que deciden cuatro personas en un escritorio, todos se tatúan de manera cruel para con sus cuerpos. Detesto la indiferencia ante los acontecimientos políticos y el NO METERSE… Cuidando la propia quinta, sin comprender que lo que no hacemos, por defender lo que creemos justo, deja espacio a otros que medran con la injusticia o la necesidad ajena.

4- Agencia Nova:

No se le puede pedir a todos que sean creativos y desafíen lo impuesto desde los diferentes polos de poder…

J. De Niro:

Es verdad. Pero hay que tener una actitud contestataria desde lo superador. Hay que incentivar a que la gente sea capaz de decidir por sí misma. Sabemos que lo más difícil que hay en la vida es SER LIBRE.

Generalmente, las personas se masifican porque temen a la soledad del diferente.

La educación nos hará libres y no la rebelión expresada en las malas maneras, los insultos, la difamación y la imposición de modelos que nos hacen retroceder a la edad de piedra.

Dije muchas veces que hay una forma de contestatariedad que es salvaje y embrutece a las masas.

Se ve en diferentes expresiones del arte de manera transversal.

Vuelvo a poner el ejemplo de la gran pintora Mirta Silvia Tabares, que fue una persona comprometida por sus ideas; sin embargo, nunca pintó “puños en alto”. ¿Por qué? Porque el arte es revolucionario en sí mismo desde su esteticismo.

Muchos argentinos criticaron las posiciones políticas de Jorge Luis Borges sin percibir que lo revolucionario estaba en su literatura.

A Domingo Faustino Sarmiento se le criticó por su enemistad con Rosas y Quiroga sin percibir que fue un revolucionario cuando alfabetizó un país de analfabetos y que, más que como político, merecía mejor análisis como el extraordinario escritor que ha sido.

5- Agencia Nova:

Hoy has abundado en cuestiones que tienen que ver con Argentina.

J. De Niro:

Nací en aquel país, allí crecí y me eduqué. Milité en política, fui perseguido y traicionado por quienes muchos años más tarde pretendieron representar lo que llaman “el campo popular” y violaron las banderas que muchos puros de corazón enarbolaron para ser enviados a la muerte, con la complicidad de sus dirigentes.

Cada vez viajo con más frecuencia a Argentina y estoy convencido de que en los próximos diez años recibirá gran cantidad de inmigrantes. No por la labor de un Gobierno en particular, aunque eso ayudaría mucho, sino porque el mundo se halla en una situación deplorable y Argentina, aun en ruinas, sigue siendo uno de los mejores lugares del planeta.

Recordemos una frase de Homero Manzi en el tango “Después” que finaliza diciendo: “Canción hecha pedazos que aún es canción”.