La gestión libertaria, según comentaron fuentes del Gobierno nacional a NOVA, tiene entre sus asesores al exministro de Obras y Servicios Públicos e ideólogo del “decálogo menemista”, Roberto José Dromi, “nada de lo quedeba ser estatal permanecerá en manos del Estado”.

Qué era y qué hacía Decahf

Según pudo averiguar NOVA, la empresa ferroviaria que era popularmente conocida como Trenes Argentinos Capital Humano era la encargada de llevar adelante la tarea de capacitación a los empleados del sistema y el resguardo del patrimonio ferroviario. Esto lo hacía a través de tres organismos, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (CENACAF), el Museo Nacional Ferroviario, y el Archivo Histórico Ferroviario. Las tres subdependencias pasarán a la órbita de la empresa líder del holding, Ferrocarriles Argentinos.

¿Qué es lo real en el discurso de Adorni? Decahf funcionaba como una caja negra. La gestión anterior, donde el sistema ferroviario estuvo bajo el ala de empleados de Sergio Massa, las empresas sirvieron para que candidatos a intendentes frustrados (Damián Contreras, Martín Marinucci y Diego Giuliano, entre otros) utilizaran los recursos del Estado para hacer caja en sus municipios y poder pelear en 2023. Plot twist: Contreras perdió en las PASO, Marinucci ni compitió en Morón y Giuliano es diputado de la Nación.

¿Qué no dijo el vocero? La gran mayoría de las personas que echaron eran trabajadores y profesionales con trayectoria en el sistema ferroviario cuyo conocimiento será, en el caso de que el Estado quisiera recuperar, aunque sea un poco del daño que sufrió hasta ahora el ferrocarril, muy extrañado.

Otro dato es que la resolución publicada en el Boletín Oficial desmiente las palabras del secretario Mogetta: Decahf no se cerró, por lo menos no hasta ahora, sino que transfirió todos sus bienes y personal a FASE. Según comentaron empleados de Decahf a NOVA todavía “no llegó la orden de liquidar la empresa, por ahora sigue viva y podrían mantenerla así para siempre si quisieran”.

Qué se viene

El plan del Gobierno es el desguace del sistema ferroviario para poder rifarlo. Una idea que genera mucho daño, pero que es sumamente efectiva. Desde el inicio de la gestión, y bajo el mentiroso lema del “déficit cero”, el tren en el AMBA se fue encareciendo cada vez más y los servicios regionales y de larga distancia están sufriendo un deterioro constante a raíz de la desinversión y la falta de mantenimiento.

El modus operandi es claro: arruinan el servicio mientras elevan el precio hasta el punto de que no sea competitivo para después, al ver que no es elegido por la gente, tener la excusa perfecta para cerrarlo.

Ahora el Gobierno le tiró la pelota a Sofse, más conocida como Trenes Argentinos Operaciones, que es la empresa más grande del país, incluyendo el sector privado, con más de 20 mil empleados. Hoy la firma está presidida por el randazzista Matías Galparsoro, después del despido de Luis Luque, un massista devenido en Caputista a raíz de la amistad entre las esposas de ambos.

Es la que más empleados tiene y la que, proporcionalmente, menos ha recortado, más allá de ser también la que más déficit genera y, posiblemente, la que tiene el sistema de corrupción más grande vinculada a los alquileres de los locales en las estaciones ferroviarias y los terrenos ferroviarios en todo el territorio nacional.

Este negocio, que siempre estuvo a cargo del “señor de las vías” Fabián Carballo, hoy es uno de los activos de los que más sacan provecha diferentes figuras de La Libertad Avanza, como el empleado de Santiago Caputo, Agustín Romo, quien además metió a su novia, familiares y amigos a trabajar en la empresa ferroviaria, una suerte de pyme romista con 14 contratos millonarios.