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Escándalo en Francia

Dominique Pélicot, el hombre que drogó a su mujer para que la violaran otros hombres

Gisèle Pelicot a las víctimas de violencia sexual: "No están solos"

Su propia hija dice de Dominique Pélicot que es "el mayor depredador sexual que ha tenido Francia en las últimas dos décadas", está acusado de haber drogado a su mujer durante 10 años para que otros hombres (también él) la violasen mientras ella estaba inconsciente, y de su testimonio depende un macrojuicio de más de tres meses en el que hay implicados otros 50 hombres, también acusados de violación. Si él no declara, no podrán hacerlo los otros.

Sin embargo, y a pesar de todo lo mencionado, este hombre de 73 años, que sufre desde hace 10 días problemas de salud que le han impedido testificar en un juicio que depende de él y que no puede seguir sin él, no ha recibido el tratamiento necesario, ni los cuidados médicos, ni el diagnóstico preciso, hasta el punto de que el proceso se lleva retrasando días y días y los abogados de todas las partes, acusación y defensa, coinciden en calificar de escándalo.

El proceso que juzga a Pélicot lleva casi una semana paralizado, a pesar de que está siendo uno de los más mediáticos de los últimos años, por el estado de salud de él. Ha vuelto a ausentarse este lunes del juicio por un cálculo en la vesícula y una infección renal y no se sabe cuándo podrá declarar. Debía haberlo hecho la semana pasada. Lleva ausente varios días y, a pesar de que es el principal encausado, no ha sido hospitalizado, no se ha tenido un diagnóstico claro de lo que le pasaba hasta ahora y no ha sido tratado hasta el sábado, "ocho días después de que comenzaran sus dolores, estoy estupefacta", ha denunciado su abogada, Beatrice Zavarro.

Nadie se lo explica: Se trata del principal acusado del mayor caso de violencia sexual que hay en Francia en décadas. Los abogados de ambas partes denuncian una negligencia y hablan de una "situación anormal" que roza "el escándalo". Si él no declara, no podrán hacerlo los otros 50 hombres acusados de violar a su mujer, Giséle Pélicot, de 70 años, que, por el contrario, sí ha acudido a diario a la audiencia. Dominique Pélicot debería haber declarado la semana pasada. El juicio, que empezó hace dos semanas y debería acabar en diciembre, ya lleva una semana de retraso y, si continúan los problemas, podría posponerse al año que viene, lo que, señalan todas las partes, "sería una catástrofe".

"Estamos hablando de un gran proceso, que atrae el interés internacional, si hay que aplazarlo esto supondría empezar de cero, con todo lo que ello supone para las víctimas", ha denunciado Antoine Camus, uno de los abogados de la parte civil, que defiende a Gisèle Pélicot. "Hemos necesitado una semana entera para saber qué le pasaba. Y ahora sabemos que no se le han dado los medicamentos que se le habían prescrito porque no están en stock. Llevamos una semana perdida sin que sepamos si el proceso puede continuar o no", ha dicho Stéphane Babonneau.

La secuencia, que roza el surrealismo, es la siguiente: Pélicot se ausentó el pasado lunes porque se encontraba mal y el martes no pudo declarar, como estaba previsto, porque tenía dolores, pero no se concretó qué le ocurría exactamente. El presidente del tribunal, Roger Arana, pidió que un experto médico lo examinara. Lo hizo y ese mismo día, según su diagnóstico, se dijo que Pélicot sí estaba en condiciones de comparecer ante el tribunal. El miércoles apareció a primera hora, pero apenas podía tenerse en pie y se marchó.

El jueves ya no compareció y se tuvo que suspender la sesión del viernes y también la de este lunes. Los abogados de ambas partes llevan días advirtiendo que sin Pélicot el juicio no puede seguir. Hasta hoy no se había concretado qué tenía, su abogada denuncia que, a pesar de la gravedad de su estado, no está hospitalizado, sino en la cárcel, y que no ha recibido un tratamiento médico para su dolencia hasta el sábado, casi una semana después.

El presidente del tribunal de Justicia de Aviñón, donde se celebra el juicio, ha encargado que dos expertos colegiados examinen al acusado y entreguen un informe sobre su estado de salud esta tarde y, mañana, tras la lectura del mismo, se decidirá cuántos días se suspende el proceso. Parece improbable que Dominique Pélicot esté en condiciones de declarar en las próximas horas. "Con el informe de los expertos tomaremos las decisiones sobre la continuación del proceso", ha dicho el presidente. "Este dijo la semana pasada que la suspensión del proceso sería una catástrofe".

El abogado de varios de los acusados, Patrick Gontard, ha dicho que, si esto se prolonga, va a pedir la puesta en libertad de sus defendidos.

La semana pasada ya le examinó otro experto, que determinó que Dominique Pélicot sí podía presentarse en el juzgado. Todas las informaciones son difusas y la propia abogada del acusado ha denunciado no estar informada de su estado de salud. "La situación es anormal. Hace una semana que nos preguntamos cada día sobre su capacidad de venir a este juicio. Es intolerable e insoportable. Si no puede venir, estaremos en una situación de escándalo", ha repetido Stéphane Babonneau.

"Desde hace días somos rehenes de una situación que se tendría que haber resuelto, sobre todo cuando hay centenares de personas implicadas en este proceso", ha denunciado la abogada de Dominique Pélicot.

La que sí ha estado presente en la audiencia este lunes ha sido Gisèle Pélicot, que ha agradecido las muestras de cariño y apoyo de los últimos días. El sábado se celebraron manifestaciones en toda Francia en su apoyo bajo el lema "Todos somos Gisèle". Ella quiso que este juicio fuera público y acude a cara descubierta porque, según ha declarado, "la vergüenza debe cambiar de bando".

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