Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 25 de septiembre de 1973, José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, fue asesinado a balazos. El horrendo crimen tuvo lugar solo dos días después del triunfo arrollador del peronismo en las urnas que dio paso a la tercera presidencia del veterano líder justicialista.
Así prefiero recordarlo hoy! Vivo, en familia, sonriente, en casa! Con esperanzas, con ilusiones, con convicciones...Soñando un futuro mejor! Te amo, te extraño! pic.twitter.com/7JOdPKiooC
— Claudia Rucci (@claudiarucci) September 25, 2023
Según las crónicas de la época, poco antes de las 12 de aquel día, un grupo comando asesinó a Rucci en momentos en que la víctima se disponía a salir de su domicilio ubicado en Avellaneda 2953, del barrio porteño de Flores, para subir a un auto que lo estaba esperando en la puerta. La autopsia determinó que el dirigente peronista recibió 23 impactos de bala.
Estaba claro que no se trataba de un asesinato común, pero ninguna organización guerrillera se adjudicó el crimen. Incluso el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) declaró que no tenía nada que ver. Recién en 1975, a través de la revista Evita Montonera, la guerrilla peronista se hizo cargo del asesinato, en un artículo titulado "Justicia Popular", que no era otra cosa que una lista negra de personas a las que Montoneros tenía como objetivo para vengar "la sangre de los compañeros peronistas caídos el 20 de junio".
La muerte de Rucci permanece impune. Muchos años después, el periodista Ceferino Reato investigó el tema y llegó a la conclusión de que el terrorista Juan Julio Roqué (instruido militarmente en Cuba) se habría mudado a un departamento de barrio porteño de Floresta, a diez cuadras de la casa de Rucci. Desde allí se habría ocupado de conseguir las armas necesarias para el operativo.
Otras versiones dan cuenta de la participación de Eduardo Tomás Miguel Molinete (alias el gallego Guillermo), Horacio Antonio Arrúe (alias Pablo Cristiano), hijo de un legislador justicialista, y Marcelo Daniel Kurlat (alias Monra) También estuvo implicado Mario Lorenzo Kouncurat (que estaba casado con una hija de Paco Urondo y años después fue parte del ataque al Regimiento 29 de Infantería en la provincia de Formosa) En los meses siguientes, todos terminaron desaparecidos o muertos.
¿Fue Montoneros o no?
En los últimos años, se publicaron dos libros que desmienten la responsabilidad de Montoneros en el cruel asesinato de Rucci. Las publicaciones son "Firmenich. La historia jamás contada del jefe montonero", de Felipe Celesia y Pablo Waisberg, y "Montoneros, el peronismo combatiente en primera persona", del ex jefe guerrillero Roberto Cirilo Perdía. El propio Mario Firmenich se despegó del crimen afirmando que "no hubo jamás un comunicado de Montoneros diciendo: nosotros matamos a Rucci".
Al margen de la autoría del hecho por parte de Montoneros, hay consenso en que el crimen del sindicalista abrió paso a una violencia aún mayor. Perdía escribió: "Desde todos los puntos de vista la muerte de Rucci favoreció el avance de las políticas opuestas a nosotros". Por su parte, la socióloga Julieta Rostica,en su trabajo "Apuntes sobre la “Triple A”. Argentina, 1973-1976", detalló: "La competencia entre Rucci y López Rega por liderar la derecha peronista terminó el 25 de septiembre de 1973, cuando Rucci fue asesinado. La acreditación del asesinato por Montoneros fue utilizada en beneficio de López Rega porque legitimó la propuesta para la creación de los ´escuadrones de la muerte´".