Este 17 de septiembre, las urnas hablaron en la provincia del Chaco y decidieron los destinos de la gestión provincial para los próximos cuatro años. Tras un sinfín de análisis desde el inicio del cronograma electoral, y pasando por todas las instancias con un escenario cambiante y de total incertidumbre, este domingo el electorado chaqueño definió el cambio de color político en la conducción provincial.
De esta manera, con un recuento provisorio que arrojó resultados antes de lo esperado y que con un porcentaje bajo de mesas escrutadas marcó una tendencia que finalmente fue irreversible, para decretar un “triunfo” reconocido por propios y extraños antes de las 22 horas del domingo, la provincia eligió a la fórmula de Juntos por el Cambio para la gestión 2023-2027, conformada por Leandro Zdero y Silvana Schneider.
Sin necesidad de una segunda vuelta, algo que le quemó los papeles a una gran cantidad de consultoras, politólogos u “opinólogos”, el “Zorro” Zdero se convirtió en gobernador electo de la provincia al superar el piso de 45 por ciento de los votos, para no tener que depender de la diferencia que pudiera sacar con su mayor “contrincante” en estos comicios, el gobernador Jorge Capitanich, que buscaba una nueva reelección, “la última” según sus manifestaciones públicas.
Lo cierto es que Juntos por el Cambio logró revalidar el resultado logrado en las PASO del 18 de junio, donde la interna de la oposición, que dirimió entre el propio Zdero y Juan Carlos Polini, ya había derrotado al Frente Chaqueño comandado casi en solitario por Jorge Capitanich, pero que claramente dividió fuerzas por la “partida” de referentes como Gustavo Martínez (impulsó la Corriente de Expresión Renovada, que terminó transformándose en la tercera fuerza provincial), Juan Carlos Bacileff Ivanoff (con un Frente Integrador que no rindió a nivel provincial, más allá de lograr algunas intendencias), o de Domingo Peppo que declinó su candidatura para acompañar al oficialismo.
Con el panorama configurado, Juntos por el Cambio logra un nuevo triunfo a nivel nacional, que se suma al de hace siete días en Santa Fe y recupera el cetro que hace 16 años ostentó la Unión Cívica Radical (partido integrante de la alianza actual) con Roy Nikisch, bastión importante en esta elección por el aporte de votos en las PASO y en la muestra de unidad interna, sobre todo en la capital chaqueña.
Por otra parte, siempre se analizó un fuerte “bipartidismo” en la provincia y esto se vio nuevamente reflejado en esta elección. Ya que en la categoría “diputados provinciales”, sólo las dos máximas fuerzas provinciales lograron repartirse las bancas que se ponían a consideración, terminando en un empate de ocho bancas para cada lado, y dejando al CER con las manos vacías sobre el final del escrutinio provisorio, cuando parecía que Agustín Romero (primer candidato a legislador por la línea política) iba a lograr un “premio consuelo”.
A pesar de todo, el calendario electoral para el Chaco no finalizó, ya que aún restan las Elecciones Generales nacionales del 22 de octubre y, tanto en Resistencia como en Quitilipi y Makallé, aún resta definir jefes comunales y concejales en una próxima ocasión. Todo esto, sujeto al resultado del 22 de octubre, donde se podría también especular con un escenario que desemboque en un ballotage entre las dos fuerzas más votadas.
Con las cosas así, el Chaco emprende un camino de “cambio”, encabezado por Zdero y con una renovación política que parece haber sido la clara voluntad del pueblo y que, según las declaraciones del gobernador Capitanich al asumir la derrota, se intentará que sea en una senda de transición armoniosa y coordinada entre las dos fuerzas políticas que volvieron a polarizar un acto electoral en la provincia.