Luis Rubiales anunció que no renunciará a la federación española de fútbol

Todo parecía indicar que, debido al escándalo del beso a la jugadora de la selección de España durante la entrega de medallas del Mundial de fútbol femenino, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) iba a renunciar. Pero no fue así. A primeras horas del viernes, Luis Rubiales redobló la apuesta: dijo que no piensa dejar su cargo, aseguró que el beso que le dio a Jenni Hermoso "fue mutuo, eufórico y consentido".
"No voy a dimitir", afirmó Rubiales hoy ante la Asamblea de la RFEF. Y si bien pidió "perdón sin paliativos" por su comportamiento tras la final del Mundial de fútbol femenino, denunció ser víctima de un ataque en su contra y adelantó que irá a la Justicia para defenderse.
Como le dije un día a Abascal desde la tribuna del Congreso, yo a los matones les sostengo la mirada.
— Pablo Echenique (@PabloEchenique) August 25, 2023
Desde la impunidad del patriarcado y protegido por sus amigotes millonarios, Rubiales piensa que nos da miedo. Pero no. Para nosotras es un honor estar del lado correcto. pic.twitter.com/joGbSd5b0g
Un beso "mutuo, eufórico y consentido"
Rubiales aseguró este viernes que el beso en la boca que le propinó a la jugadora Jenni Hermoso tras ganar el Mundial "fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido", y consideró que de este modo se desarman los argumentos de quienes lo criticaron y denunciaron en los últimos días.
"Fue consentido, esta jugadora falló un penal y yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos en esta concentración", explicó.
El dirigente relató cómo se dio la secuencia de la polémica en la entrega de medallas. Dijo que todo comenzó cuando en medio de los festejos Hermoso lo alzó en brazos y lo acercó a su cuerpo y que en ese momento él le dijo que se olvidara de lo ocurrido con el penal. "Le dije: '¿un piquito'. Ella dijo: 'vale'", afirmó.
"Por lo tanto, no hay deseo ni posición de dominio", dijo sobre su accionar. Y aclaró que "el deseo que podía tener en ese beso era el mismo que el que podía tener dándole un beso a una de mis hijas", como —acusó— se está "vendiendo en los medios".
"Van por mí con todo"
Tras defenderse sobre las críticas por el beso a Hermoso, que sostiene que "fue consentido", aseguró que es víctima un "asesinato social"
"Aquí no se esta tratando de hacer justicia, es falso. Se está ejecutando un asesinato social. Se me está tratando de matar", dijo. Y, buscando empatizar, pidió hacer un llamado a la reflexión a la sociedad por esta situación.
"Van a por mí con todo, por tierra, mar y aire. Más de cien querellas, denuncias en todo tipo de juzgados", describió sobre los efectos judiciales y pedidos de sanciones en su contra, por su comportamiento en la final. Y argumentó que estos ataques en su contra se dan porque "a algunos les molesta que esté aquí porque del fútbol modesto voy a hacer un fútbol digno".