La credibilidad del Estado consistente en el tiempo; es uno de los principales valores. Y, claramente, las reformas necesarias son cruciales (siempre y cuando sean de carácter permanente).

El verdadero empresario no desea ayuda del Estado: desea disponer de tiempo, energías y recursos. Pero están tan ocupados que no tienen tiempo para trabajar y crear.

Es notorio el costo del tiempo dedicado al personal contable y administrativo de una empresa, que queda abocado a la administración burócrata.

La secuencialidad y simultaneidad de las reformas internas, y la eliminación de las barreras de importaciones y exportaciones es el primer gran avance del Estado para mostrarnos al mundo y construir una credibilidad consistente.

Eliminar las barreras de importación y exportación sin reducir el costo argentino, es una medida absolutamente cortoplacista y transitoria. El costo argentino de impuestos y servicios distorsivos es uno de los principales propósitos para sostenernos en el tiempo.

La otra punta del eslabón a cumplir es lograr una industria competitiva, empresas y empresarios profesionales con compromiso social y ambiental, dedicados a trabajar y crear diferenciales de productos y servicios.

Por último, cabe decir que países con importante flujo de caja pero sin recursos de materias primas alimenticias observarán a la Argentina como un destino de inversión para la producción de alimentos, a los fines de garantizar su propia soberanía alimentaria para la exportación de destino.

Y el blindaje jurídico administrativo de las inversiones extranjeras es vital para renovar y garantizar la confianza y credibilidad construida. Sólo así colocaremos a la Argentina en un andar maratonista.

(*) Especialista en Comercio Internacional.