El estilo 'curly', tan de moda en la década de los 80, ha resurgido en los hijos de aquellos chicos que lo llevaban hace tres décadas. En aquel entonces, te dejabas el pelo largo para hacerte la permanente. Hoy en día, funciona con el corte undercut, es decir, hacerse la permanente en la parte superior mientras te rapas los lados.

Por si hay algún despistado, la permanente es un tratamiento químico que modifica la estructura de tu pelo, pasando generalmente de liso a rizado. Sirve para dar a tu cabello más dimensión y volumen, en contraste con muchos pelos lisos, pero no es un proceso tan sencillo como podría parecer en un principio. Al igual que con el tinte de pelo, requiere de una serie de productos químicos que debiliten la estructura del pelo para poder moldearlo a nuestro antojo, algo que, como podéis dilucidar, tiene sus riesgos. Por eso, lo mejor es acudir a una peluquería o a un profesional para que el proceso sea lo menos dañino posible para tu cabello.

Cómo hacerse la permanente

Estos son los pasos que se siguen en una peluquería para conseguir unos rizos perfectos:

• Tras lavarte el pelo para que esté más manejable, te acomodan moldes, más conocidos como bigudíes, para enrollar el pelo y formar los rizos en la zona seleccionada. Suele ser un proceso lento, porque hay que ir pedazo a pedazo de cabello colocando el bigudí.
• Con el pelo ya enrollado en los bigudíes, se utiliza un producto químico neutralizantepara romper la queratina que protege el cabello y debilitar la estructura original del mismo. Tras echarlo, hay que dejarlo reposar durante unos 15 o 20 minutos.
• El siguiente paso será quitarte los bigudíes y volver a echar el neutralizador. Después, esperar unos 5 o 10 minutos con él, para fortalecer por completo la nueva estructura y que no haya resistencia al cambio radical de look.
• Por último, hay que lavar y secar el pelo, y verás cómo te cuelgan los rizos.

En total, más de hora y media, pero el cambio será notable.