La Plata: el Frente de Todos a la espera de señales que trasciendan los discursos y Garro en una semana modo "relax"

Al término de una semana corta con escaso rodaje político a nivel local, todas las miradas estuvieron puestas en el acto con el que, este jueves 25 de mayo, Cristina Fernández de Kirchner volvió a retomar el centro de la escena política al conmemorar en la histórica plaza que da a la Casa Rosada, los veinte años de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, tras la crisis del 2001 y la transición encabezada por Eduardo Duhalde.
En ese marco, el peronismo, que como explicó este portal en varias columnas está disperso y busca perfilar un precandidato que pueda hacerle sombra al intendente Julio Garro, que casi que tiene la elección garantizada -es la sensación que predomina en el Palacio Municipal de calle 12-.
Es harto conocido: el dirigente que por ahora se perfila en ese sentido es el ministro de Justicia kicillofista Julio Alak, articulador del armado electoral que por ahora no tiene un rumbo fijo y, si lo tiene, es el de intentar perder el comicio con el mejor margen posible de distancia contra el oficialismo encarnado en Juntos por el Cambio.
Durante la semana, sin embargo, algunas cosas salieron a la luz a través de datos filtrados o de “radio pasillo”. NOVA también dio cuenta de este panorama en otras columnas: los precandidatos que se anotan en el panperonismo y gastan esfuerzos por instalar imagen en la vía pública lo hacen para “subirse el precio”, a sabiendas de que, en el mejor de los casos, podrán negociar bajar sus prepostulaciones por “cargos a salir” en las listas legislativas o, más adelante, en algún espacio de la administración pública.
Entre el pelotón de los dirigentes que juegan a tener protagonismo hay muchos y de todos los colores: por el bruerismo, está el concejal Guillermo Escudero, último nombre “presentable” que el clan de los tres hermanos puso en la cancha porque, como ya se detalló, el apellido Bruera se tornó innombrable en cualquier lista tras la tragedia de la inundación del 2013 y los escándalos por corrupción que tienen en la mira al menor de los hermanos, Mariano Bruera (coimas en la causa Pro.Cre.Ar).
Hay otros ediles que asoman; son los casos de la titular de ANSES La Plata Paula Lambertini, cercana al espacio de Florencia Saintout -a juzgar por cómo jugó en las elecciones del 2021-; el concejal semiasociado al camporismo Guillermo “Nano” Cara, el edil Luis Arias, quien tiene cada vez más protagonismo en las mediocres sesiones que últimamente el Concejo Deliberante viene desarrollando cada dos jueves. La lista podría extenderse con algunos nombres, pero para muestra hace falta un botón, como dice el dicho popular.
Saliendo de la caja de resonancia política que es el Concejo, los nombres son los conocidos: a Julio Alak -que al momento es “el candidato”- sólo puede hacerle un poco de sombra Florencia Saintout, que hace dos viernes en un masivo acto realizado en el cámping de UPCN -localidad de Arana- llenó las instalaciones del predio con una demostración de fuerza para marcar la cancha y dejar en claro que estaría dispuesta a ir a una PASO, si finalmente ese formato se da, como es de prever. La titular del Instituto Cultural es la principal figura de La Cámpora en la ciudad desde hace tiempo.
Aunque no pudo ganar la intendencia, fue la cara del cristinismo para enfrentar a Garro y esas credenciales todavía están vigentes porque también conserva un núcleo de militancia fidelizado con base en la Facultad de Periodismo y otros espacios que especialmente captan voluntades juveniles para su proyecto.
No obstante, está la hipótesis -por demás razonable- de que los votos cautivos que puede tener la ex diputada bonaerense por la Octava no alcanzan para perforar el piso de votos necesarios y desplazar a Garro del sillón de calle 12, aunque ante una hipotética interna en la que se enfrente con Alak, podría darle más volúmen electoral al espacio que por ahora se sigue denominando Frente de Todos.
Por último, y como sobreviviente venida a menos de lo que quedó del “albertismo”, la titular de Desarrollo Social de Nación, Victoria Tolosa Paz, todavía no sabe a qué va a jugar: si a la intendencia como lo hizo hace cuatro años perdiendo con Saintout y siendo funcional a Garro tras las primarias que el peronismo ganó para después quedar derrotado en la general; si a la gobernación para enfrentar a Kicillof -empresa que se diluye porque su jefe, el presidente decorativo Alberto Fernández ya fue borrado del armado electoral- o a esperar que los restos arqueológicos del albertismo se terminen de degradar y volver al llano. Por lo pronto, debería conformarse con haber salido -en tercerísmo plano- en la foto que mostró a CFK con la Plaza de Mayo llena de militancia, hace apenas 24 horas.
Garro enfocado en la gestión
El oficialismo respira tranquilo porque tiene la gestión encaminada -en piloto automático- y la campaña, como dicen garristas de paladar negro en los pasillos y despachos del Palacio Municipal, “se hace con gestión”.
En el frente interno es probable que pueda domesticar a los siempre díscolos radicales -que tienen tres bancas en el Concejo: Diego Rovella, Manuela Forneris y Verónica Rivas- y en el peor de los casos, enfrentarlos en una primaria podría dejar a los boinas blancas más expuestos de lo que quedaron tras la asunción de Pablo Nicoletti como titular de la Junta Central La Plata: a las pocas horas de esa reunión, los ediles de la UCR le vaciaron el recinto al intendente, que tuvo que acudir al FdT para tener quórum y llevar adelante una sesión crucial en la antesala del tratamiento del presupuesto para el 2023.
Del lado de los “halcones”, los nombres “en carrera” más instalados siguen siendo dos: el del diputado Daniel Lipovetsky -que tiene como bandera la lucha contra la inseguridad y es quien mejor traduce la mirada y postura política de la Jefa formal del PRO, Patricia Bullrich- y Juan Pablo Allan, el senador que está atornillado hace ocho años en la Cámara alta bonaerense y ahora mandó a repartir panfletos que lo muestran como el candidato del bullrichismo: “humo visual para la gilada”, como dijo un experimentado observador político local que conoce el termómetro de la trastienda electoral en la capital bonaerense.