
Por Héctor Daniel Marchi, ex administrador general de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, especial para NOVA
Me honra decir luego de mi desplazamiento que los principios rectores de mi desempeño como titular de la Secretaría de Administración de la Corte Suprema fueron la responsabilidad, la rigurosidad y la transparencia.
Fueron esos principios los que garantizaron la sustentabilidad administrativa y financiera del máximo Tribunal de Justicia, durante más de una década y media de gestión.
Gracias al principio de responsabilidad fiscal, mi gestión como administrador generó una base sólida para el cuidado de la independencia del Poder Judicial de la Nación y, por ende, para vigencia de la República y el Estado de Derecho.
Dejé la Corte con 150 mil millones de pesos de fondos y cero deuda.
No lo digo yo sino toda la secuencia administrativa, económica y financiera de mi gestión que se encuentra publicada, en detalle, en la página web del Alto Tribunal.
Estoy convencido de que la independencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como cabeza del Poder Judicial, es la última garantía en el cumplimiento de los derechos de nuestros ciudadanos.
El equilibrio de mi gestión, sumado al Fondo Anticíclico creado aseguran sustentabilidad económica y financiera por muchos años lo que, decisión política mediante, permitirá avanzar en el desarrollo de nuevas políticas públicas para el Poder Judicial de la Nación.