Esta, puede ser entendida como una manera de intentar llenar un vacío a través de la presencia de otra persona, haciendo sentir a quien la padece, que sin esa relación no son nada.

Así, quienes sufren dependencia emocional, ponen a la persona de la que dependen por encima de otros aspectos importantes de su vida.

Quien es dependiente del otro, generalmente termina por anular o tapar su propio sentir. Viven por y para el otro. Su inseguridad y temor a la pérdida del vínculo, los (as) acosa permanentemente. El sufrimiento es significativo, ya que sienten que si pierden esa relación, no pueden vivir.

Lo que no hay que perder de vista, es que muchas veces, las personas que padecen este fenómeno toleran situaciones de maltrato, ya que el temor a la ruptura del vínculo, las enfrentan con la creencia de que sin la otra persona no son nada, quedando atrapados (as) en un vínculo de sumisión y subordinación del que les resulta difícil salir. Asimismo, la ruptura con los vínculos familiares y sociales podría ser otra de las múltiples consecuencias.

Si te sientes identificado (a) con estas situaciones, pide ayuda. La terapia psicológica, es una herramienta posible.

(*) Psicóloga.