Si salen o no es toda una incógnita. Ya pasó otras veces. Uno o ambos supuestos aliados de juntos por el cambio patea el tablero y termina saliendo con la primera que pasa por la vereda.

Es un juego de nervios, una mala partida de ajedrez, muy mala, porque tanta especulación y misterio no hace más que confirmar al electorado lo lejos que están los políticos de los problemas reales que tienen.

Nadie sabe que va a suceder con la contienda electoral, pero la gente sigue padeciendo los estragos que produce la crisis y no hay alternativa que de esperanza de que habrá algún cambio en algún momento.

Para los analistas no deja de ser sorprendente tanta inactividad opositora. A sabiendas de que están por empezar perdiendo siguen sin definir cuestiones básicas para salir a competir como la posición que cada uno ocupará en el campo de juego.

La gente se pregunta. ¿Seguiremos sin democracia verdadera en Córdoba? Con una unicameral manejada desde el ejecutivo con mayoría absoluta, es casi imposible que se valore las propuestas que no sean impulsadas por el oficialismo.

Para Martín Llaryora y Daniel Passerini la partida está ganada. Dice un entusiasta militante, convencido que están trabajando para que la victoria sea por paliza, superior a la del 2019.

Por el lado libertario han empezado a ver un resquicio por dónde empezar a terciar en Córdoba y aspirar a desplazar por fin a juntos por el "cargo" local, dicen esperanzados.

Sin el efecto Mauricio Macri, la gente está buscando nuevas opciones ante la abulia total de sus hasta hace poco referentes locales. Rodolfo Eiben ya está en campaña y ha empezado a crecer significativamente en las encuestas.

Empieza una nueva semana en Córdoba y hasta ahora el oficialismo sigue sin rivales fuertes a la vista. Ojalá guarden la plata de la campaña y la utilicen para mejorar las escuelas dice un "opinólogo" desesperanzado.