El columnista invitado
¡Atención!

Verano del 2076

El periodista Gustavo Zandonadi.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El almanaque nos dice que estamos en 2023, pero en realidad estamos viviendo una fusión de 1967 con 2001. El avance del narcotráfico, la crisis económica y la banda presidencial cruzando el pecho de una persona no idónea para el cargo, traen recuerdos de otros veranos marcados por la conmoción interna, la mala administración de la economía y el caos generalizado.

1976

Antes del golpe del 24 de marzo la Argentina vivía una sensación de agobio. La subversión había puesto en jaque al Gobierno peronista, que un año antes había convocado las fuerzas armadas a combatir a la guerrilla hasta su aniquilamiento, primero en la provincia de Tucumán y después en todo el país.

Otro problema que tenía la Argentina de 1976 era la inflación que había dejado el "Rodrigazo" de junio de 1975. Para el gobierno cualquier recomposicion salarial superior al 45 por ciento sería catastrófica. Algunos gremios acordaron incluso por debajo de ese tope, pero la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) logró una suba del 120 que destrozaba las previsiones oficiales.

Los metalúrgicos allanaron el camino para los que siguieron, entre los que se destacó el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) con un incremento del 200 por ciento. ¿Qué pasó con los que cerraron por debajo del 45. Lógicamente, reclamaron por la diferencia. Los aumentos se trasladaron a los precios y la hiperinflacion fue del 182.

La presidente era Isabel Perón, aceptada como heredera política de Juan Domingo Perón únicamente por su condición de viuda del líder justicialista. Isabel tenía buenas intenciones y carecía de ambiciones políticas, pero ello no le bastó para ejercer la presidencia de un país en estado de ebullición permanente como era la Argentina de 1976. Los pedidos de licencia y los intentos del Senado por removerla fueron habituales durante su Gobierno.

2001

La recesión había comenzado en 1998 y tres años después estaba en su punto más agudo. El Gobierno de la Alianza no le encontraba la vuelta a la economía. Fernando De la Rúa gobernaba en soledad. El 6 de octubre de 2000 había renunciado el vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez y la Unión Cívica Radical formalmente era parte del gobierno, pero en las sombras conjuraba junto al peronismo bonaerense contra el Presidente.

La falta de acción del gobierno paralizado por la parsimonia del presidente y su equipo derivó en la salida traumatica de De la Rúa. Los saqueos a comercios en un marco de descontento generalizado fueron una respuesta a las impopulares medidas que tomaba el ministro Domingo Cavallo, popularmente conocidas con el nombre de "Corralito".

La historia terminó con la confiscación de los depósitos bancarios y con una brusca devaluación. En ese convulsionado diciembre el país conoció cinco presidentes en diez días y debió pasar las peores fiestas de fin de año de la historia.

2023

La violencia narco en la ciudad del Monumento a la Bandera no para. Este fin de semana se conocieron dos homicidios: uno en Villa Gobernador Gálvez, donde apareció un cadáver en el baúl de un auto estacionado y otron en Rosario, donde fue acrobillado a balazos un hombre que estaba sentado en la vereda. En lo que va del año se registraron más se 60 homicidios dolosos en la zona.

Ambos hechos ocurrieron en momentos en que la ciudad santafesina se encuentra en el ojo de la tormenta por la grave crisis que atraviesa a consecuencia del accionar del narcotráfico. Hace menos una semana se puso en marcha un mega operativo que incluyó el envío de fuerzas federales y hasta de elementos del Ejército Argentino con la finalidad de restablecer el orden.

La crisis económica es grave. A los pésimos resultados de una gestión desastrosa que se caracteriza por una emisión descontrolada y una presión Impositiva que asfixia a todas las empresas argentinas, se le suman los efectos de una sequía sin precedentes que atenta contra los intereses del verdadero motor del país: el campo.

A diferencia de lo que pasaba en 1976 y en 2001, hoy poder formal está en manos de un patético personaje que aspira a quedarse cuatro años más. El poder real lo detenta la condenada Cristina Kirchner, que se da el lujo de hablar del gobierno que integra como si fuera la jefa de la oposición. ¡Qué tupé!

El narcotráfico no es la guerrilla, Alberto Fernández no es Isabel Perón ni De la Rúa y Cristina Kirchner no es Carlos "Chacho" Álvarez, pero la Argentina de hoy es como un barco con una tripulación conformada por ineptos y sinvergüenzas que rompieron el timón en plena tormenta. Los pasajeros de ese barco somos los 47 millones de argentinos.

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