Panorama Político Nacional
Cambio de juego

Antes de reunirse, la Mesa Electoral de Alberto Fernández está en terapia intensiva

Alberto Fernández sentado en una mesa en solitario. (Dibujo: NOVA)

Más allá de sus diferencias, en lo único en que coinciden las distintas tribus que integran el Frente de Todos es que deben conservar la unidad frente al desafío electoral de este año.

No necesariamente para ganar, sino para evitar el papelón. El problema es que tanto el presidente como la vice quieren imponer “su” unidad, por lo que, como siempre, lo que pueda llegar a salir más que unidad será otro “rejunte”.

Cuando hace unos días Alberto Fernández no fue invitado al plenario del PJ provincial que se realizó en Merlo, en el que tácitamente se definió la candidatura de Axel para la Provincia de Buenos Aires, el presidente y su círculo de hojalata decidieron que era hora de dar un golpe de efecto.

La decisión fue pegar primero en la interna de las candidaturas nacionales, por lo que rápidamente se encomendó a la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, que anunciara la conformación de una Mesa Política que, en realidad, no sería “política” sino “electoral”, del Frente de Todos.

¿Por qué la vocera del Presidente de la Nación salió a hacer el anticipo de una decisión que había tomado Alberto como presidente del PJ? No aclares que oscurece.

En el pasado fin de semana Alberto lanzó la convocatoria oficial como presidente el PJ a través de sus redes sociales y, un par de días después, el vicejefe de Gabinete del Gobierno Nacional, Juan Manuel Olmos, dio precisiones sobre la conformación de la Mesa Electoral que impulsa el gobierno de Alberto Fernández. El encuentro tenía fecha agendada: el próximo jueves 16 de febrero a las 19 horas en la sede del PJ nacional, en la calle Matheu.

Pero la apuesta se sostiene sobre una superficie pantanosa: desde el Senado adelantaron que Cristina y Máximo Kirchner no concurrirán, aunque aclararon que participarán “varios” representantes del cristinismo.

Entre los representantes del cristinismo ya estarían confirmados el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y el ministro bonaerense Andrés Larroque. También participarían el Jefe de Gabinete Juan Manzur; el ministro de Economía Sergio Massa y el canciller Santiago Cafiero, que acompañará a Alberto Fernández como parte del Ejecutivo. También estarán presentes delegados de los gobernadores, intendentes, de la CGT, de la CTA y de las organizaciones sociales.

Olmos está a cargo del PJ y es el encargado de contactar a los distintos sectores que componen el oficialismo. Sin embargo, no se dieron mayores precisiones sobre los concurrentes, a consecuencias de las dudas que expresan los distintos sectores internos sobre la conveniencia de participar y sobre la fortaleza de la nueva herramienta política. "A la reunión concurrirán los representantes de los distintos espacios políticos del Frente de Todos".

Máximo había adelantado desde un principio su decisión de no asistir. "Hace tiempo que reclamamos una mesa política donde yo no quiero estar, pero corresponde que estén otros compañeros y compañeras. Hay que sentarse a hablar, no es conveniente ir a la elección con un grado de distorsión tan grande respecto de la realidad política", afirmó la semana pasada.

Al confirmar el lanzamiento, Alberto Fernández confirmó durante el fin de semana que “Estamos convocando a una mesa para desarrollar la estrategia electoral que llevaremos adelante en las próximas elecciones. La idea es que participemos todos los que estamos en el Frente de Todos".

Pero la cuestión de fondo que divide al “albertismo” del cristinismo no es nueva. Mientras que el presidente pretende que sólo se ocupe del armado electoral, el cristinismo exige que además se debata sobre la gestión y las candidaturas.

Tras la disputa que mantuvieron “Wado” de Pedro con otros miembros del gabinete como Victoria Tolosa Paz y Aníbal Fernández, el presidente salió a cerrar el debate afirmando que: “Yo sé con quién puedo gobernar y con quién no, yo gobierno con los que puedo gobernar.”, en alusión a los ministros cristinistas y, en especial, al titular de la cartera de Interior, quien paradójicamente será uno de los participantes de la nueva Mesa Electoral,

En un acto en el que participó junto a la titular de la ANSES, Fernanda Raverta, De Pedro alentó a "dejar las discusiones internas de lado" y "poner nuestro corazón al lado de las necesidades de nuestro pueblo, que ese es el único compromiso que tomamos en el 2019: gobernar, gestionar para los que menos tienen." Sin embargo, los ecos de sus declaraciones anteriores no se acallaron.

Si bien el cristinismo le ha puesto paños fríos en los últimos días a sus cuestionamientos sobre el presidente, no se descarta que vuelva a la carga en el caso de que el presidente no anuncie su declinación a una eventual candidatura propia.

Cuando el suspenso por la composición de la Mesa Electoral estaba latente, Alberto recibió un golpe de knock out el pasado jueves: varios gobernadores invitados a la quinta de Olivos para este sábado anunciaron que pegarían el faltazo. La reunión programada para comenzar a definir la estrategia electoral del oficialismo debió ser cancelada.

Muy pocos gobernadores habían confirmado su asistencia, por temor a quedar mal parados en la sangrienta interna del Frente de Todos, pero también por precaución: no querían quedar mal posicionados ante la oposición, con las que casi seguramente deberán negociar a partir del 10 de diciembre.

Entre los invitados estaban los más próximos al presidente, el catamarqueño Raúl Jalil, el riojano Ricardo Quintela y el tucumano Osvaldo Jaldo. También se convocó a Sergio Ziliotto (La Pampa) y Mariano Arcioni (Chubut) pero no logró sumar sus adhesiones, pero manifestaron su negativa.

Tampoco había voluntad de participar de parte de los más próximos a Cristina, como Axel Kicilof (Buenos Aires), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Jorge Capitanich (Chaco).

El entrerriano Gustavo Bordet primero confirmó su presencia y luego la puso en duda, ni Alberto Rodríguez Saá (San Luis) ni Sergio Uñac (San Juan) demostraron interés alguno. Después de la sentencia de la Corte Suprema y la propuesta del Gobierno de pagar con bonos el cortocircuito no dejó de extenderse.

Y la tensión se volvió insoportable cuando el Ejecutivo decidió seguir adelante con el proyecto de juicio a la Corte. Muchos esperan seguir gobernando sus provincias después del mes de diciembre, y entonces ya no estará Alberto pero la Corte seguirá viva.

De este modo, sólo hay señales vagas sobre la composición de la Mesa Electoral y son pocos los que confían en que terminará siendo una herramienta efectiva. Para la mayoría de los referentes del Frente de Todos, por ahora en off, sólo terminará siendo un nuevo escenario de confrontación entre el “albertismo” y el cristinismo, que podría generar resultados radicalmente inversos a los que alentaron su conformación.

Y, para todos, el problema principal sigue siendo Alberto que sigue pensando que con su cargo le basta para ejercer un poder del que sólo dispone en la teoría institucional.

En la práctica, hace rato que es un “pato rengo”.

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