¿Con votos peronistas? Arturo Frondizi ganó las elecciones presidenciales de 1958

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El domingo 23 de febrero de 1958 Arturo Frondizi ganó las elecciones presidenciales para elegir al sucesor del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
La Revolución Libertadora había convocado a la ciudadanía a votar, no sin antes fijar las reglas del juego: la vigencia de la prohibición para participar a Juan Domingo Perón y su partido.
Los resultados favorecieron a la fórmula Arturo Frondizi-Alejandro Gómez, de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), que obtuvo el 44.79 por ciento de los votos, seguida por el binomio Ricardo Balbín-Santiago del Castillo, de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP) con el 28.9 por ciento. El tercer lugar fue para el voto en blanco, con el 9 por ciento de los sufragios.
Contexto
Todavía estaba vigente el Decreto-ley 4.161/56 que prohibía "La utilización de imágenes, símbolos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas representativas del peronismo" y castigaba a quienes pronunciaran en público las palabras "peronismo", "peronista", " justicialismo", "justicialista", "tercera posición", así como "el nombre propio del presidente depuesto o el de sus parientes."
Inicialmente la dictadura encabezada por el Teniente General Eduardo Lonardi había mostrado una postura conciliadora hacia el peronismo, pero todo cambió en la madrugada del 12 al 13 de noviembre de 1955. Entre gallos y medianoche, el ala dura de las Fuerzas Armadas desplazó a Lonardi para entregar el poder a Pedro Eugenio Aramburu. La nueva administración tomó un color marcadamente antiperonista.
En 1956 tuvieron lugar dos hechos que conmovieron a la opinión pública: el 22 de abril quedó sin efecto la Constitución de 1949 y quedó reimplantado el viejo texto de 1853. En el mes de junio el gobierno reprimió duramente un levantamiento peronista. El sangriento episodio pasó a la historia como Los fusilamientos de José León Suárez y le valió a la Revolución Libertadora el mote de Fusiladora. El saldo de la represión fue de 34 fusilados.
Elecciones de 1957
Para llenar el vacío que dejó la derogación de la Constitución y buscando legitimar el acto administrativo insuficiente con el que se concretó, en 1957 el gobierno decidió convocó reformar la Constitución de 1853 y para ello convocó a elecciones para Convencionales Constituyentes. Los comicios también servían como una forma de medir fuerzas entre los partidos políticos, de cara a un futuro llamado a elecciones presidenciales.
El problema de qué hacer con el peronismo estaba resuelto porque se lo marginó por la fuerza. Pero lo que no pudo prevér la dictadura fue a quién iban a votar los peronistas, esa masa huérfana de representación local, pero disciplinada para acatar las directivas que su conductor impartía desde el exilio.
En los comicios de 1957 los peronistas votaron en blanco y ganaron las elecciones, porque ningún candidato logró superar la avalancha peronista que votó por la nada. El segundo lugar fue para la Unión Cívica Radical del Pueblo, liderada por Ricardo Balbín y el tercero correspondió a la Unión Cívica Radical Intransigente, comandada por Arturo Frondizi.
La Convención se reunió en Santa Fe. El radical intransigente Oscar Alende pidió la nulidad de la asamblea por no haber sido convocada por el Congreso Nacional. La moción no prosperó, pero hirió de muerte a la Convención, que no logró acuerdos para reformar la Constitución de 1853. Apenas se limitó a ratificar la vigencia del texto original, con la introducción del Artículo 14 bis, a instancias del radical del pueblo Crisólogo Larralde.
El pacto Perón-Frondizi
El dirigente que mejor supo leer el resultado electoral de 1957 fue Arturo Frondizi. De acuerdo con la versión aceptada por la historiografía, Frondizi se lanzó a la búsqueda del voto peronista. Para lograr un pacto con Perón, el radical designó como representante a Rogelio Frigerio. Por el lado del ex presidente el delegado fue John William Cooke.
El acuerdo comprometía a los peronistas a votar por Frondizi, que una vez en el Sillón de Rivadavia se obligaba a derogar el Decreto-ley 4.161/56, terminar con la intervención a la Confederación General del Trabajo (CGT) y a devolver a Perón los bienes que le habían sido confiscados por la Revolución Libertadora.
Historiadores como Félix Luna, y Albino Gómez pusieron en duda la existencia del pacto Perón-Frondizi. Por su parte Enrique Escobar Cuello en su libro "Arturo Frondizi: el mito del pacto con Perón" negó la existencia del pacto. En los últimos años Juan Bautista "Tata" Yofre publicó el libro "Puerta de hierro" en el que afirmó que Perón recibió medio millón de dólares por aceptar el pacto. ¿Quién tiene la verdad? Quién sabe...