Segundo round entre Luciani y Mola contra Cristina, con el trasfondo de un Gobierno que vive en su propio mundo

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
Esta semana se conoció que con el objetivo de lograr una pena más alta, los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola ya están trabajando en la apelación en el juicio por la causa Vialidad, en la que Cristina Kirchner fue encontrada culpable del delito de administración fraudulenta en diciembre de 2022. Pero la pretensión de la fiscalía no se agota en Cristina, ya que también irían por la cabeza del ex ministro de Planificación Julio De Vido.
La vice fue condenada por hechos de corrupción en el otorgamiento de obra pública vial en los años que fue presidente, aunque el tribunal no encontró elementos que pudieran dar por probada la acusación por asociación ilícita que permitiría sustentar un monto de pena más elevado. Justamente ese era el caballito de batalla (y volverá a serlo) de la fiscalía para sostener el pedido de una pena de doce años de prisión para Cristina Kirchner.
¿Qué es una asociación ilícita?
El artículo 210 del Código Penal la define como una banda de tres o más personas para cometer ilícitos. La doctrina enseña que esas personas deben sostener la sociedad por un tiempo más o menos prolongado que le permita perpetuar una secuencia de delitos planificados. La mera pertenencia a la asociación ilícita es delito y la pena para el jefe de la banda es más alta que para los integrantes de menor rango.
La fiscalía sostuvo en su alegato que el gobierno de Cristina Kirchner y la empresa del también condenado Lázaro Báez se asociaron para delinquir en al menos 51 licitaciones otorgadas al empleado bancario devenido empresario en una conversión tan rápida como turbia.
Junto a Báez y a la ex presidente, también fueron condenados el ex titular de Vialidad Nacional, Nelson Periotti y el ex secretario de Obra Pública, José López, que había cobrado notoriedad en 2016 al ser detenido en momentos en que intentaba esconder bolsos con dinero de la corrupción en un convento en General Rodríguez.
Del vamos por todo al vámonos
Cristina Fernández tuvo su techo político entre octubre de 2010 y diciembre de 2011. Después de asumir su segunda presidencia, la viuda de Néstor Kirchner tuvo desafortunadas apariciones públicas con declaraciones como "vamos por todo" y "hay que tenerle miedo a Dios, y a mí un poquito".
En el marco de la causa Vialidad (y otras) hoy Cristina está acorralada por la justicia y el kirchnerismo, en retirada. Así y todo no hay que dar por muerto al peronismo, porque una habilidad de los peronistas es la de juntarse cuando es necesario y armar listas que se despeguen del peronismo anterior. Néstor Kirchner no tuvo nada que ver con Carlos Menem. El próximo no tendrá nada que ver con Cristina, y al final de cuentas, ninguno tuvo ni tendrá nada que ver con Juan Domingo Perón.
Con una Cristina encerrada en su autoprescripción, el kirchnerismo ve como Cristina se bajaría de una carrera electoral que todavía no arrancó, sin que nadie le haya prohibido competir. Ese sería un motivo más que suficiente para que el peronismo le agradezca los servicios prestados, le retire su apoyo y lo ponga a disposición del que mejor mida en las encuestas.
Un gobierno divorciado de los argentinos de a pie
Mientras los fiscales trabajan en silencio y Cristina piensa en la causa que la desvela, el presidente Alberto Fernández se burló de los argentinos declarando que "sólo China nos supera en crecimiento". La palabra de Fernández es una prueba del desprecio que el gobierno siente por los argentinos que la reman en dulce de leche.
Otra muestra de que el gobierno toma a los argentinos para la chacota es la ¿broma? del canciller Santiago Cafiero. El "funcionario que no funciona" dijo que "Argentina tiene hoy un rol relevante en el mundo por el liderazgo de Alberto Fernández". Ahora resulta que el presidente que suspende reuniones en Olivos por ausencia de los invitados es un líder internacional... ¿Tanto le piden a Cafiero?
Entre tanto, este martes se difundió un dato que sólo puede negar un necio: según el INDEC, la inflación de enero fue del 6% y creció un 98,8 por ciento comparada contra enero de 2022. Con estos números rojos de la economía se puede asegurar que los argentinos de a pie están pensando en "parar la olla", una misión cada vez más difícil.
El pasado 6 de diciembre de 2022, en medio del Campeonato Mundial de Fútbol, tuvo lugar la lectura de la sentencia contra Cristina. El resto es historia conocida: Argentina campeón del mundo; fiestas de fin de año; casos Báez Sosa y Lucio Dupuy. Los medios se ocuparon de estos temas entre diciembre y enero, pero llegó febrero y habrá que poner la lupa otra vez sobre la causa Vialidad, que aún está lejos de terminar.