Sexo y erotismo
Opinan los expertos

¿Pueden llegar a ser adictivos los juguetes sexuales?

El contexto de la persona, sus rasgos de personalidad, su estado de ánimo, su autoestima y los aspectos neurobiológicos puede influir en su mayor predisposición a sufrir una adicción.

Cualquier acción, objeto o sustancia que produzca placer, es decir, que genere la segregación de dopamina en el cerebro, es susceptible de convertirse en una adicción, según explica Lucía Jiménez, sexóloga de Diversual, quien además apunta que incluso determinados comportamientos que a priori pueden considerarse "saludables" como llevar una alimentación consciente o practicar deporte regularmente, pueden convertirse en un problema.

La explicación está en que, aunque las adicciones más conocidas son las que se refieren al consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas, también existen otro tipo de adicciones que tienen que ver con el comportamiento.

"En esta variante la dependencia no se produce en relación al consumo de una determinada sustancia, sino que se produce una adicción a un comportamiento como el juego, el deporte, el sexo o incluso el pensamiento rumiativo", aclara Jiménez.

Es cierto que la sexualidad, según apunta la sexóloga, se trata de una función indispensable en la vida de una persona y que, en muchos casos, el uso de juguetes eróticos o sexuales puede formar parte de ella.

Pero, ¿podría hablarse realmente de que este tipo de artículos pueden ser adictivos? La clave está, según apunta la experta, en que en cualquier adicción la diferencia entre el uso y el abuso recae en el grado de malestar personal y contextual que provoque.

"Si se experimenta una pérdida de control, dependencia, síndrome de abstinencia o pérdida de interés por el resto de actividades gratificantes estaríamos ante una posible adicción", apunta.

Pero además es importante destacar que en el bienestar de cualquier persona intervienen muchos factores: la familia, el trabajo, las relaciones sociales, el sexo, la comida, los hobbies, el ejercicio físico... Cuanto mayor equilibrio exista entre todos ellos, mayor será la satisfacción personal.

Y eso es lo que nos lleva a pensar, según argumenta la sexóloga, que para entender la dimensión de una adicción antes es necesario mirar el contexto de la persona y preguntarse: ¿Hasta qué punto esta persona obtiene placer de otras fuentes?

Y no solo eso, sino que también influyen factores de vulnerabilidad personales relacionados con rasgos de la personalidad como la impulsividad, el grado de tolerancia a la frustración o la búsqueda de sensaciones; así como el estado de ánimo general, la autoestima y determinados aspectos neurobiológicos.

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