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Adolfo Alsina: una muerte que cambió el destino de la Argentina

Adolfo Alsina fue gobernador bonaerense, vicepresidente de la República y ministro de Guerra.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 29 de diciembre de 1877 murió Adolfo Alsina. De profesión abogado, fue diputado bonaerense en 1862, gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1866 y 1868, vicepresidente de la República entre 1868 y 1874 y, por último, ministro de Guerra y Marina entre 1874 y 1877. Al momento de su muerte, era señalado como presidenciable para las elecciones de 1880, pero el destino tenía otros planes.

Abogado, diputado y gobernador

Hijo del político unitario Valentín Alsina y de Antonia Maza (hija del dirigente federal Manuel Vicente Maza, que en 1839 fue asesinado en su despacho), Adolfo Alsina nació en Buenos Aires el 4 de enero de 1829. Durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas, sus padres decidieron exiliarse en Montevideo.

Los Alsina regresaron a Buenos Aires después de la caída de Rosas, en febrero de 1852. Mientras su padre se dedicó a la actividad política, el joven Adolfo se recibió de abogado. Pero los libros no eran lo único que le interesaba. Alsina hijo se entreveró en una conspiración para asesinar a Justo José de Urquiza.

Años más tarde tomó partido por Buenos Aires en su lucha contra la Confederación Argentina. Participó activamente en la contienda de Cepeda y meses después integró la Convención Constituyente de 1860. Dos años después fue diputado por la Provincia de Buenos Aires.

Entre el 3 de mayo de 1866 y el 10 de octubre de 1868, Alsina fue gobernador de Buenos Aires. Llevó adelante una política de ocupación paulatina del territorio, corriendo la frontera con el indio hacia el oeste. Alsina evitó un enfrentamiento directo porque el grueso de las tropas bonaerenses estaba combatiendo en la Guerra del Paraguay.

Vicepresidente

En 1867 Alsina hizo públicas sus intenciones de ser presidente en 1868. Por falta de apoyo político retiró su candidatura, pero fue elegido vicepresidente de la República, acompañando a Domingo Faustino Sarmiento. Su rol quedó reducido a "tocar la campanita del Senado". La personalidad del sanjuanino y su forma de ejercer el poder, dejó a Alsina en un segundo plano.

La Zanja de Alsina

La Provincia de Buenos Aires del Siglo XIX no era como la conocemos hoy. Una minoría indígena que no aceptaba el estilo de vida del hombre blanco, obligaba a los gobiernos a pensar estrategias de lo más diversas para prevenir o contrarrestar el accionar delictivo de los indios.

Los "malones" eran ataques indígenas en manada contra la propiedad y contra la vida del hombre civilizado. En tiempos de Alsina como ministro de Guerra y Marina, la estrategia contra el indio fue la construcción de un sistema defensivo conocido con el nombre de "Zanja de Alsina". Como su nombre lo indica, se trataba de una fosa cavada entre dos terraplenes, cuya finalidad era dificultar el acceso de los indios a las poblaciones blancas.

La muerte de Alsina obligó al presidente Nicolás Avellaneda a encontrar un reemplazo. El elegido fue el general Julio Argentino Roca, quien adoptó un temperamento más enérgico que su antecesor en relación al problema de los indios, pasando a la ofensiva. Roca encabezó la "Campaña del Desierto", en 1879. El éxito de su iniciativa lo catapultó a la presidencia de la República, en 1880.

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