Saratoga Springs

Saratoga Springs se caracteriza por sus hermosos manantiales, que se cree que tienen propiedades medicinales. Gracias a ellos se crearon los primeros hoteles y balnearios para atraer a turistas de otras partes de la región ya desde el siglo XVIII.

En esta época tuvo lugar también la famosa batalla de Saratoga, que, sin embargo, no se desarrolló en Saratoga Springs, sino algo más al sureste, en lo que hoy es Stillwater.

Además de contar con un clima y una naturaleza exquisitos, Saratoga Springs es una de las ciudades más populares del estado de Nueva York gracias a su importante vida cultural. En verano recibe a la Orquesta de Filadelfia y al Ballet de Nueva York, convirtiéndose en un destino cultural con extraordinaria relevancia.

Ithaca

A orillas del lago Cayuga se encuentra la ciudad de Ithaca, especialmente conocida por ser el hogar de la Universidad de Cornell.

La universidad cuenta con unos 20.000 estudiantes, que conforman el grueso de la población de esta villa universitaria de apenas 30.000 habitantes.

Esto hace que Ithaca también cuente con un teatro, un museo de ciencias, un museo de paleontología y con su propia orquesta.

Además de ser un centro de estudio de enorme importancia en los Estados Unidos, Ithaca se caracteriza también por estar ubicada en un paraje natural de belleza extraordinaria. Son particularmente famosas las cascadas de Ithaca, que han sido motivo de incontables obras artísticas.

Hudson

Situada al este del río Hudson, del que recibe su nombre, esta pequeña villa cuenta con apenas 6.000 habitantes.

Fue fundada por colonos holandeses, con lo que muchos de sus edificios todavía mantienen un estilo colonial con todo el encanto de las ciudades centroeuropeas.

Además, durante el siglo XIX llegó a convertirse en un importante centro industrial, y en la cuarta ciudad más importante del estado de Nueva York.

A comienzos del siglo XX, Hudson pasó a tener fama de ser una ciudad dedicada al juego, y terminó albergando más de 50 bares que atraían a personajes poco deseables de la escena neoyorquina.

Estos bares fueron cerrados a mediados del siglo, devolviendo a Hudson al estado de calma que la caracteriza a día de hoy.

Cooperstown

Cooperstown se encuentra a mitad de camino entre Nueva York y Hudson, casi en pleno centro del estado.

Está a orillas del lago Otsego, llamado así por los nativos americanos porque cuenta con una roca que sobresale del agua y que fue empleada como punto de encuentro.

Hoy en día, esta roca se conoce como la roca del Concilio, y representa uno de los tesoros históricos más relevantes de la región.

Además de ser una villa preciosa, Cooperstown cuenta con varios museos de relevancia nacional.

El primero de ellos es el Museo y Salón de la Fama del Béisbol, donde podrás encontrar todo tipo de información sobre la historia del béisbol en los Estados Unidos.

El segundo es el Museo de Arte Fenimore, fundado en 1899.

Lake Placid

Al norte del estado de Nueva York puedes encontrar la villa de Lake Placid. A pesar de tener apenas 2500 habitantes, este lugar es conocido como La Villa Olímpica porque albergó los juegos olímpicos de invierno en dos ocasiones: en 1932 y en 1980.

¡Junto con St Moritz e Innsbruck, es una de las tres ciudades que los han albergado dos veces! Por eso el espíritu olímpico se deja sentir en cada rincón de sus calles.

Lake Placid se caracteriza por tener unos paisajes impresionantes, desde una formidable cadena montañosa hasta unos bosques frondosos y muy verdes.

Por eso, esta pequeña villa es ideal si quieres desconectar durante unos días en un entorno rural. Si eres alguien que prefiere los destinos de montaña frente a los de sol y playa, ¡esta ciudad es perfecta para ti!