El León volvió a rugir: Estudiantes venció a Defensa y Justicia en un partidazo y se coronó campeón de la Copa Argentina

En un partidazo, Estudiantes de La Plata se impuso ante Defensa y Justicia y se quedó con la Copa Argentina, tras imponerse en la final del certamen, que se disputó en la cancha de Lanús, por 1 a 0 y dominar el trámite con comodidad.
El partido tuvo un marco imponente, con las dos hinchadas vistiendo de gala al estadio neutral, algo que en estos tiempos resulta poco habitual en el fútbol argentino, que desde hace ya años se juega sin público visitante. Fue, por empezar, un hermoso recordatorio de otras épocas.
¡Tenemos campeón! 🦁🌟@EdelpOficial, el gran ganador de la undécima edición 🏅🎗️#CopaArgentinaAXIONenergy 🏆🇦🇷#NuestraCopa 🙌 pic.twitter.com/jvVRQEcBEZ
— Copa Argentina AXION energy (@Copa_Argentina) December 14, 2023
La noche ya empezó bien: hubo show musical, juegos de luces y toda la parafernalia habitual, con la novedosa inclusión de socios vitalicios en lugar de pibxs-mascota para salir con los jugadores.
Y a la hora de jugar, Estudiantes y Defensa estuvieron en sintonía con la previa. Una situación de peligro por allí con centro de Sant'Anna y casi gol en contra de Zaid Romero, salvado por el travesaño; otra situación por allá, con Bologna ahogándole el mano a mano a Zapiola tras un descuido insólito de Malatini, como para entusiasmar a los espectadores desde el inicio.
Contra lo que se podía esperar de uno y otro lado, fue Estudiantes el que mejor trató la pelota, con varias secuencias fluidas de pases cortos, aunque carentes de ingenio a la hora de concluir. En este aspecto, el hábil Rollheiser estuvo poco participativo, con lo que el Principito Sosa, a sus 38 años, tuvo que correr de más.
Lo opuesto por el lado de Defensa, replegado y dispuesto a generar el error rival con presión en el medio para llegar al área de Andújar en pocos pases. Aquí el hombre clave fue Barbona, el más activo de los suyos.
Otro que anduvo muy participativo fue Malantini, pero para mal. El nivel del joven central del Halcón invitó a todos los juegos de palabras posibles con su apellido, tras un inicio de terror. Si se salvó de los insultos cuando dejó pasar la pelota sin advertir la presencia de Zapiola -la que salvó Bologna-, no zafó de los reproches de su capitán, Cardona, cuando se confió de más en un despeje. Luego sumó un tropiezo inoportuno, cuando lo desbordó Mancuso -atajó Bologna-, y al rato mandó un tiro libre en campo propio directamente al lateral.
La final fue muy entretenida como para no tener goles, y este llegó a los 53. Sosa abrió con Godoy, quien se mandó el autopase ante Soto y sacó el centro para un "gol de goleador" de Carrillo, con el nueve empujándola entre muchas piernas y hombres caídos. Aquella banda derecha donde Sant'Anna hizo estragos en la primera parte, fue la vía de la alegría pincha en la segunda.
A partir de la ventaja fue todo de Estudiantes. Y eso que Eduardo Domínguez metió cambios muy defensivos para protegerla (Ascacíbar por Rollheiser o el central Fede Fernández por Sosa, por ejemplo). A Defensa le pesó la pelota y cometió errores llamativos en su trato, lo que finalmente fue el detalle final para que Estudiantes se coronara sin sobresaltos ni discusiones.