Por estos días y hasta el año próximo, el Cleveland Museum of Art, en Estados Unidos, cuenta hasta qué punto la cultura del antiguo Egipto ha sido una de las grandes inspiraciones de la industria de la moda, cuyos modistas y artesanos a menudo toman a esta civilización de antaño de referencia para diseñar prendas y accesorios.
Entre los abundantes ejemplos que cita la institución figura una cartera diseñada por la marca de lujo Sabry Marouf, con base en Londres, con reminiscencias a la máscara funeraria del faraón Tutankamón, de oro, incluidas sus insignias reales.
“En 1924, el joyero parisino Louis Cartier presentó por primera vez un neceser para maquillaje que tuvo por musa una antigua tumba egipcia. El diseño de esta caja, adornada con nácar, coral y lapislázuli, se remontaba al descubrimiento del sepulcro de Tutankamón dos años antes, en el Valle de los Reyes, cerca de Tebas, hallazgo del arqueólogo inglés Howard Carter”, aporta su granito la web Smithsonian a cuento de Egyptomania: Fashion’s Conflicted Obsession, exhibición en curso del citado museo, donde estas y otras piezas modernas y contemporáneas hacen patente la duradera influencia que ha tenido en el universo fashionista tanto la vestimenta como las costumbres y los ritos del antiguo Egipto.