Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA.
Javier Milei es el nuevo presidente de Argentina. El economista obtuvo el 55,9 por ciento de los votos superando a Sergio Massa que logró el 44 por ciento. El líder libertario se conviertió en el primer presidente de Argentina que no está afiliado a ningún partido tradicional.
Con una carrera laboral íntegramente desarrollada en el sector privado, Milei basó su campaña en el rechazo al sistema político en general y al peronismo en particular. Sus caballitos de batalla fueron la defensa de la libertad individual y el mercado, y la propuesta de dolarizar la economía y privatizar las empresas públicas. También se mostró como concervador al oponerse a la legalización del aborto, la educación sexual integral.
La agenda del nuevo presidente no será fácil. Tendrá que enfrentar los desafíos de una economía en crisis, con una inflación de casi el 140 por ciento, una pobreza de más del 50 por ciento y una deuda externa de más de 300.000 millones de dólares. Además, deberá lidiar con una oposición mayoritaria en el Congreso que podría bloquear sus iniciativas legislativas.
Ganó un liberal, como lo fueron en su momento Álvaro Alsogaray, José Martínez de Hoz y Domingo Cavallo, en gran medida responsables del escenario económico que deberá enfrentar Milei, porque los ciclos de la economía son largos y en la Argentina nadie está en condiciones de tirar la primera piedra.
Ganadores
El primer ganador de anoche fue el propio Milei, que tres años pasó de la nada a la presidencia de la República. En octubre de 2020 -en plena pandemia- el economista de pelo revuelto blanqueó su decisión de lanzarse a la política. Por esos días había cumplido 50 años y aspiraba a obtener una banca en el Congreso, en las elecciones legislativas de 2021. Milei hizo campaña en un tono muy fuerte contra la cuarentena y las consecuencias económicas del prolongado encierro. Dos años después se muda a la Quinta de Olivos.
Otro ganador es Mauricio Macri. El gran derrotado de 2019 volvió como el principal estratega que ideó el Pacto de Acassuso, cuyo resultado se reflejó en los más de 14 millones de votos que obtuvo La Libertad Avanza, fizcalizados por la estructura macrista que alguna vez formó parte de Juntos por el Cambio. Ahora que no tiene encima al lastre de los radicales, tal vez Macri se anime a ir por las cosas que como presidente quiso y no pudo hacer.
Otra ganadora es Patricia Bullrich. La presidente del Pro se fundió en un abrazo sincero con Javier Milei en el búnker del nuevo presidente, en el Hotel Libertador. Luego de ser vapuleada por el propio Milei, Bullrich aceptó dejar de lado las cuestiones personales en pos del objetivo de derrotar al kirchnerismo. A nivel provincial hubo otros ganadores, como los mandatarios de Córdoba y Mendoza, donde Milei arrasó. En total Milei ganó en 20 provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También ganó el menosprecio por el que piensa diferente. Ganaron los memes del Falcon verde, y los irresponsables que sin el menor conocimiento de la historia argentina, votaron a Milei para "que se pudra". Ganaron los imberbes (y no tanto) que se burlan de los "viejos meados"(para reírse de la gente mayor hay que ser, verdaderamente, un miserable) Ganó la persecución a los "ensobrados" que no se arrodillan ante un personaje violento ¿Habrá una "Cámpora" de derecha? El tiempo lo dirá.
Perdedores
Por su parte Sergio Massa fue el primero de los derrotados, aunque no fue exactamente un perdedor. El ministro de Economía partió desde atrás en una carrera muy difícil porque su gestión no lo ayudaba mucho. Contra todo pronóstico pudo llegar a la segunda vuelta y se va con un 44 por ciento de los votos, algo impensado después de haber salido tercero en las primarias de agosto.
Anoche corrieron versiones de todo tipo, que hablaban desde un pedido de licencia hasta una renuncia intempestiva de Massa. El propio ministro dió señales de que su vida pública había llegado al final, pero en política nunca hay que dar por muerto a nadie. Al ministro le quedan por delante unos veinte días para llevar adelante una transición ordenada, fundamentalmente porque es la única figura de peso de un gobierno decadente, sin presidente ni vice.
Los otros derrotados del domingo fueron los radicales que se fueron de Juntos por el Cambio para apoyar a Sergio Massa. El senador Martín Lousteau y el gobernador saliente de Jujuy, Gerardo Morales, son los abanderados de la Unión Cívica Radical que hicieron campaña por el oficialismo, sin decir que hacían campaña por el oficialismo. En la provincia del presidente del Comité Nacional de la UCR ganó Milei con el 55,7 por ciento de los votos.
Otra derrotada de ayer es La Cámpora. Se terminó el largo ciclo marcado por una agrupación nacida al calor del primer kirchnerismo, que lleva el nombre de uno de los peores presidentes de la historia argentina. El inútil de Héctor Cámpora gobernó sólo por la imposibilidad de Juan Domingo Perón de ser candidato en las elecciones del 11 de marzo de 1973. En su primer día de gestión, Cámpora liberó a los guerrilleros presos en el penal de Devoto y llenó las calles argentinas de violentos. Desde anoche la Cámpora no existe más.
Qué se puede esperar de Milei
Si tomamos la última semana de campaña por el balotaje, la Argentina que se viene es para mirar con atención y moverse con cuidado. Villarruel avisó que el estado crítico en el que La Libertad Avanza recibirá el gobierno le daría luz verde a los liberales para convertirse en una tiranía. “¿Cómo pensás resolver un país devastado si no es con una tiranía?” se preguntó días pasados la compañera de fórmula de Javier Milei.
En consonancia con la vicepresidente electa, el legislador Ricardo Bussi anticipó que necesario realizar un fuerte ajuste del gasto público y que ello traería consecuencias en la calle, motivo por el cuál será necesario asegurar el orden, por las buenas o por las malas: “El Estado tiene la Policía, es el que maneja las Fuerzas de Seguridad, las Fuerzas Armadas. Tendrá que usar esas herramientas para ir por el orden porque necesitamos justamente eso, orden".
Está claro que la represión de la que habla Bussi tiene un solo destinatario: el sector que salga a la calle a ejercer su derecho de protestar. Por supuesto que se necesita orden, pero es necesario que Bussi aclare por qué las palabras "ajuste" y "represión" deben escribirse juntas en una misma oración.