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Conflicto bélico

EEUU ha proporcionado a Israel 130.000 millones de dólares en ayuda y armas

Imagen del Lockheed Martin F-35 Lightning II: un avión de combate polivalente con capacidad furtiva de quinta generación.

Por Thalif Deen(*), especial para Inter Press Service

Como uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, Israel ha dependido en gran medida de este país «política, económica y militarmente» desde su creación en 1948.

Los suministros de armas estadounidenses, en su mayoría gratuitos, se canalizan a través de la Financiación Militar Extranjera, el Programa de Asistencia Militar y Artículos Excedentes de Defensa.

Según el legislativo, el Servicio de Investigación del Congreso (CRS), Estados Unidos ha proporcionado más ayuda exterior a Israel desde la Segunda Guerra Mundial que a ningún otro país.

El Instituto Internacional de estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri) documentó que Estados Unidos suministró 79 por ciento de todas las armas transferidas a Israel entre 2018 y 2022.

Ningún otro país estuvo siquiera cerca: los proveedores que le siguieron fueron Alemania, con 20 por ciento, e Italia con solo 0,2 por ciento.

Un boletín informativo publicado en octubre de 2023 por la Oficina de Asuntos Político Militares del Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece un desglose oficial detallado de la asistencia de seguridad sin restricciones a Israel.

El firme apoyo a la seguridad de Israel ha sido la piedra angular de la política exterior estadounidense de todas las administraciones desde la presidencia de Harry Truman (1945-1953).

Desde la fundación de Israel en 1948, dijo el Departamento de Estado, Estados Unidos ha proporcionado a Israel más de 130.000 millones de dólares en asistencia bilateral.

Esos recursos, añadió, se destinaron principalmente a hacer frente a nuevas y complejas amenazas a la seguridad, compensar las lagunas de capacidad de Israel a través de la asistencia y la cooperación en materia de seguridad, aumentar la interoperabilidad a través de ejercicios conjuntos y ayudar a Israel a mantener su ventaja militar cualitativa.

Según el Departamento de Estado, esta ayuda ha contribuido a transformar las Fuerzas de Defensa de Israel en «uno de los ejércitos más capaces y eficaces del mundo, y ha convertido a la industria militar y al sector tecnológico israelíes en uno de los mayores exportadores de capacidades militares del mundo».

En la guerra actual, la abrumadora potencia de fuego de Israel ha provocado la muerte de miles de civiles palestinos en Gaza y la destrucción de ciudades enteras, en su mayor parte con armas suministradas por Estados Unidos.

Natalie J. Goldring, profesora visitante en la Escuela Sanford de Política Pública de estadounidense la Universidad de Duke, dijo a IPS que los ataques de Hamás del 7 de octubre fueron actos horrendos y deben ser condenados como tales.

“Aun así, las respuestas israelíes a esos ataques han sido indiscriminadas, intencionadamente», consideró.

Dos días después de los ataques de Hamás, el 7 de octubre, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró que Israel llevaría a cabo un «asedio completo» de Gaza, que incluiría el bloqueo del suministro de agua, alimentos y combustible, así como la interrupción del suministro eléctrico. “Y las fuerzas israelíes así lo han hecho”, señaló.

“El gobierno estadounidense tiene una responsabilidad especial en los continuos ataques israelíes. Ha suministrado a Israel cantidades masivas de ayuda militar y armamento, e Israel ha ignorado las restricciones estadounidenses sobre el uso de esas armas”, afirmó la especialista.

Este suministro de armas y municiones “permite al ejército israelí proseguir sus ataques indiscriminados en Gaza”, aseguró Goldring, que también representa al Instituto Acrónimo en las Naciones Unidas, en cuestiones de armas convencionales y comercio de armas.

“Un primer paso clave para reducir el coste humano de esta guerra es que el gobierno estadounidense pida un alto el fuego inmediato. El gobierno de Estados Unidos también debe detener el suministro de armas y municiones a Israel, ya sea desde el propio Estados Unidos o de las reservas posicionadas en otros lugares”, remarcó.

Desde 1983, Estados Unidos e Israel se reúnen periódicamente a través del Grupo Conjunto Político-Militar para promover políticas compartidas, abordar amenazas y preocupaciones comunes e identificar nuevas áreas de cooperación en materia de seguridad.

Según el Departamento de Estado, Israel es el principal receptor mundial del Título 22 de la ayuda estadounidense a la seguridad en el marco del programa de Financiación Militar Extranjera (FMF, en inglés).

Esto se ha formalizado mediante un Memorando de Entendimiento de 10 años (2019-2028). En consonancia con ese Memorando, Estados Unidos proporciona anualmente 3300 millones de dólares en FMF y 500 millones de dólares para programas de cooperación para la defensa antimisiles.

Desde el año fiscal 2009, Estados Unidos ha proporcionado a Israel 3400 millones de dólares en financiación para la defensa antimisiles, incluidos 1300 millones de dólares para el apoyo a la Cúpula de Hierro, a partir del año fiscal 2011.

A través del FMF, Estados Unidos también proporciona a Israel acceso a algunos de los equipos militares más avanzados del mundo, incluido el avión de combate F-35 Stealth.

Israel es también elegible para la Financiación de Flujo de Caja y está autorizado a utilizar su asignación anual del FMF para adquirir artículos de defensa, servicios y capacitación a través del sistema de Ventas Militares Extranjeras (FMS, en inglés), los acuerdos de Contratos Comerciales Directos, que son adquisiciones de Ventas Comerciales Directas financiadas por FMF, y a través de Adquisiciones Off Shore (costa afuera, OSP).

Mediante las OSP, el Memorando actual permite a Israel gastar una parte de su FMF en artículos de defensa de origen israelí en lugar de estadounidense. Este porcentaje fue de 25 por ciento en el año fiscal 2019, pero está previsto que se reduzca progresivamente hasta llegar a cero en el año fiscal 2028.

Para Goldring, «desgraciadamente, la situación en Gaza guarda similitudes con el uso documentado de armas estadounidenses por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí en ataques contra civiles en Yemen».

La especialista añadió que “nuestra respuesta debería ser la misma en ambos casos. Estos países no han cumplido las condiciones de las transferencias de armas de Estados Unidos y no deberían ser elegibles para nuevas transferencias hasta que cumplan con ellas”.

“La toma de decisiones de Estados Unidos sobre transferencias de armas da demasiada importancia al juicio de los funcionarios del gobierno y los políticos, que a menudo no tienen en cuenta todos los costes humanos de estas transferencias», argumentó.

A principios de este año, el gobierno de Joe Biden dio a conocer una nueva política de transferencia de armas convencionales.

Se afirmó entonces que no se aprobarían las transferencias de armas cuando su análisis concluyera que «es más probable que no» que las armas transferidas se utilizaran para cometer o facilitar la comisión de graves violaciones del derecho internacional humanitario o de los derechos humanos.

“Las acciones de los ejércitos israelí y saudí son ejemplos de cómo no se cumple esta norma, remarcó Goldring.

En octubre de 2023, Estados Unidos tenía 599 casos activos con Israel de Ventas Militares Exteriores, las FMS, valorados en 23.800 millones de dólares.

Los casos de FMS notificados al Congreso incluyen entre las iniciativas prioritarias los aviones de combate F-35 Joint Strike, los helicópteros de carga pesada CH-53K, las cisternas de reabastecimiento aéreo KC-46ª y las municiones guiadas de precisión.

Desde el año fiscal 2018 hasta el año fiscal 2022, Estados Unidos también ha autorizado la exportación permanente de más de 5700 millones de dólares en artículos de defensa a Israel a través del proceso de Ventas Comerciales Directas (DCS).

Las principales categorías de DCS a Israel fueron XIX-Agentes toxicológicos, incluidos agentes químicos, agentes biológicos y equipos asociados -como equipos de detección ((f)), vacunas ((g)-(h)) y software de modelado ((i))-, junto con vehículos de lanzamiento, aeronaves, misiles guiados, misiles balísticos, cohetes, torpedos, bombas y minas.

Desde 1992, Estados Unidos ha proporcionado a Israel equipos por valor de 6600 millones de dólares en el marco del programa de Artículos Excedentes de Defensa, que incluye armas, piezas de repuesto, armamento y simuladores.

El Mando Europeo de Estados Unidos también mantiene en Israel la Reserva de Guerra de Estados Unidos, que puede utilizarse para reforzar las defensas israelíes en caso de una emergencia militar importante.

Además de la asistencia en materia de seguridad y la venta de armas, Estados Unidos participa en diversos intercambios con Israel, entre los que se incluyen ejercicios militares como Juniper Oak y Juniper Falcon, así como investigación conjunta y desarrollo de armamento.

Estados Unidos e Israel han firmado múltiples acuerdos bilaterales de cooperación en materia de defensa, entre los que se incluyen: un Acuerdo de Asistencia para la Defensa Mutua (1952), un Acuerdo General de Seguridad de la Información (1982), un Acuerdo de Apoyo Logístico Mutuo (1991), y un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (1994), según el Departamento de Estado.

Desde 2011, Estados Unidos también ha invertido más de ocho millones de dólares en programas de Destrucción de Armas Convencionales en Cisjordania para mejorar la seguridad regional y humana mediante el reconocimiento y la limpieza de campos de minas indiscutibles.

Tras años de negociaciones con palestinos e israelíes, en abril de 2014 comenzaron las actividades de acción humanitaria contra las minas, lo que representa la primera limpieza humanitaria de contaminación por minas terrestres en casi cinco décadas.

Israel también ha sido designado como Aliado Principal de Estados Unidos no perteneciente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), según la legislación estadounidense. Este estatus proporciona a los socios extranjeros ciertos beneficios en las áreas de comercio de defensa y cooperación en seguridad y es un poderoso símbolo de su estrecha relación con Estados Unidos.

(*) corresponsal principal de IPS ante Naciones Unidas, ha sido analista sénior de defensa en Forecast International (Pronóstico Internacional), editor militar para Medio Oriente y África en Jane’s Information Group (Grupo de Información de Jane) y director de mercados militares extranjeros en Defense Marketing Services (Servicios de Mercadeo de Defensa).

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