El partido disputado en el Red Bull Arena de Salzburgo era una auténtica final. El Salzburgo necesitaba puntuar para seguir con opciones y el Inter ganar para asegurar el billete a octavos y no descolgarse de la Real Sociedad. Aun así, los de Inzaghi salieron con un once bastante alternativo, sin Dumfries, Di Marco, Barella y Lautaro.
Empezó mejor el equipo austriaco, llegando con facilidad a los últimos metros y sometiendo a una presión infernal a un Inter que no pasaba del centro del campo. Bidstrup, en un disparo lejano que se fue desviado tuvo la mejor ocasión. Aunque los de Struber merodeaban constantemente la portería de Sommer, mostraban una gran falta de colmillo y precisión en los últimos metros. Por un lado, tenían la obligación de ganar. Por otro lado, el miedo a perder y quedar eliminados. Una situación difícil de gestionar para una plantilla tan joven.
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— Inter (@Inter_es) November 8, 2023
Por su parte, el Inter tardó media hora en llegar al partido, pero cuando lo hizo, lo hizo de verdad. Poco a poco se fue haciendo con la pelota y empezó a crear ocasiones de gol. Las mejores en conducciones de Mkhitaryan y Thuram. En una galopada del francés llegó la mejor del primer tiempo. El atacante se fue de todos los defensores hasta alcanzar la línea de fondo, ahí puso un pase atrás y Alexis hizo un toque ligero para que Frattesi lanzara un penalti en movimiento. La mandó a las nubes. La tuvo también Bastoni de cabeza, tras un centro medido de Calhanoglu que de manera incomprensible envió fuera.
En la segunda parte los nerazzurri volvieron a salir algo dormidos, a verlas venir. El Salzburgo volvió a tirar de energía y ganas para inaugurar el marcador, pero con muy malas decisiones en los metros finales. En especial del joven Konaté, que tardaba demasiado en decidir. En un tres para tres muy bien gestionado por sus compañeros de ataque dudo entre tirar de primeras o controlar y chutar, y en la duda se quedó sin nada. Fue una constante durante los noventa minutos.
Los titulares no encontraban el camino del gol e Inzaghi tuvo que pasar al plan B, que suele ser el plan A. La entrada del italiano y del argentino supusieron un antes y un después en el partido. El Inter empezó a apretar de verdad, con acercamientos claros e imponiendo su jerarquía, la del subcampeón de Europa.
Primero fue Thuram a la salida de un córner, que después de una prolongación en el primer palo estuvo a centímetros de empujar la pelota dentro. Después la tuvo Martínez con un remate de cabeza espectacular que salvó Schlager con una mano brutal que acabó con el balón impactando en el palo. Y a la tercera ya no hubo más avisos. En el 85 Mads Bidstrup tocó el balón con la mano de manera clara y el árbitro no dudó en señalar el penalti. Lautaro, capitán y máximo goleador del Inter lo transformaría engañando al portero.
El Inter con 10 puntos, los mismos que la Real Sociedad, ya está en octavos. Ahora falta saber quién se queda con el primer puesto del Grupo D. Benfica y Salzburgo, ya eliminados, se pelearán por la tercera plaza, que da acceso a la Europa League.
