Por Agustina Naveyra, especial para NOVA
Estoy enojada. Hace años que lo estoy.
Si bien, estadísticamente, los asesinatos hacia nosotras suelen ser hombres (de hecho no se debió crear una palabra que defina los asesinatos masculinos donde las responsables son las mujeres), el caso de Lucio Dupuy abrió de nuevo el debate si la violencia tiene género o no.
Lo usaron para atacarnos. Para meter a todas en la misma bolsa.
Si puedo detectar un abuso, acompañar a amigas y no tanto, escucharlas, contenerlas, lo hago, pero, también feminismo puede ser regalarle flores a mis amigos, o a varones desconocidos que me han ayudado en alguna situación, aún siendo una desconocida para ellos. O no mirar silbando para otro lado cuando llega la hora de pagar la cuenta…
Adoro escucharlos, les agradezco enormemente cuando me advierten, cuando me hacen reír a carcajadas o ven obviedades que no puedo percatarme y por lo tanto, me evitan un disgusto.
Miles de cosas amo de “mis” varones heteronormativos (y de los no heteronormativos, también).
De todas formas, el feminismo no es un movimiento contra los varones, (eso es lo que implícitamente difunden) sino que es contra el machismo.
Ese sí que no tiene género.
El caso de Lucio Dupuy es aberrante: primero, por lo que le hicieron a Lucio. Segundo: lel sistema, la desidia. Todo lo que ya sabemos. Y tercero: lo que los medios no muestran. O muestran menos. Mujeres abusadoras también las hay. Son muchas las formas de ser abusiva. Si un hombre te dice que no quiere, o, no lo dice, pero lo percibís… ¿qué hacés? ¿le insistís?
¿Tratás de convencerlo? Si siente culpa, te quiere, pero siente culpa (sea por el motivo que sea) o, simplemente no está seguro de compartir un momento íntimo con vos. ¿Qué hacés? ¿Qué actitud tomás?
El deseo, el deseo al cien por cien, puede ser la parte más animal del ser humano, pero ése deseo tiene que ser educado, ése es uno de los logros de la ESI. En el camino, de seguro, surgirán miles de errores, por supuesto.
De todas formas, lo de Lucio Dupuy, no tiene que ver con el deseo.
Lo que le hicieron a Lucio fue una tortura sistemática. En todo caso, fue el deseo de dos perversas de disfrutar con su sufrimiento.
¿Tuvo que ser asesinado un niño para presentar un proyecto de ley en donde el artículo cuatro hace obligatorio una campaña de concientización desde los medios de comunicación, solicitado por parte del Poder Ejecutivo Nacional?
¿Siempre tiene que haber un mártir para que aparezcan las soluciones o se haga justicia? (y ésta pregunta es más para hacérsela a Dios, pero no es Dios el responsable, sino los seres humanos, supongo, que se desconectaron de él. No lo sé).
Te enumero personas que fueron asesinadas y, luego de esto, se debatió si promulgar un proyecto de ley o que se modifique una ley ya establecida (tengamos en cuenta que la justicia actúa cuando el daño ya está hecho): Omar “soldado” Carrasco, asesinado en 1994; se suspende el servicio obligarorio en Argentina; Ley Micaela ,violada y asesinada en el 2017.
Luego de su asesinato, sumado al reclamo del colectivo de actrices apoyando a Thelma Fardín, se aprobó la Ley Micaela, para capacitar a funcionarios públicos sobre políticas de género.
Hace diecisiete años atrás, si una mujer denunciaba que había sido violada por su marido, el juez fallaba a favor del marido argumentando que eso no era violación, sino “deber marital”. Tuvo que ser asesinada Micaela, para obligarlos a capacitarse para deconstruirse gracias al Programa Nacional de Capacitación Institucional, ya que sus asesinos y violadores, quedaron libres.
¿Cuántas somos las que escuchamos de alguna mujer de la familia el siguiente dicho: “la mujer debe ser una señora en la calle, una buena madre, y, con su marido, una puta en la cama”? El solo hecho de escribirlo ya me da arcadas. Y generalmente, era un consejo que se trasladaba de mujer a mujer, dentro del seno familiar.
Según el centro de Prevención y Atención del Abuso sexual en la infancia y adolescencia, sólo el 25 por ciento de docentes y la mitad de los médicos encuestados recibió capacitación específica.
¿Es el único menor abusado por una mujer?
No. Lucio Dupuy no fue el único niño, ni el único menor abusado por mujeres, pero sí, sin dudas, fue uno de los casos más impactantes.
Dudo que el día de mañana no haya más casos de éstos. Sobre todo, si hay educadores que no prestan atención a algo más que ir de escuela en escuela cumpliendo horarios y programas curriculares , siendo presionados por entregar notas en tiempo y forma.
No son solo alumnos los que se sientan en esas sillas. Y no son solo profes o maestros dando clases. Se les exige entregar notas en tiempo y forma, pero, la encuesta del Centro de Prevención y Atención del Abuso sexual, deja al descubierto que falta capacitación , y por lo tanto ,concientización al respecto de cuidar la integridad de niños y adolescentes.
Aunque sea algo trillado, ellos son el futuro de Argentina.
Estoy tan pero tan enojada, soy tan polémica, según dicen, que mejor…corto acá.