El homenaje a los periodistas holandeses que denunciaron el horror durante el Mundial 78

A 40 años del retorno democrático, resulta necesario no olvidar lo que sucedía en el país mientras se disputó el Mundial 78. El gobierno militar había instaurado un régimen de terror, que incluía torturas, secuestros, desapariciones y muertes. La mayoría de la sociedad argentina se encontraba silenciada. La organización de una de las mayores citas deportivas fue utilizada por la dictadura como una máquina de propaganda para dar una buena imagen hacia el exterior. La contracara es que asistieron periodistas extranjeros que comenzaron a denunciar lo que ocurría.
Es el caso de los neerlandeses Frits Jelle Barend y Jan Van der Putten, quienes fueron invitados por el Centro Ana Frank y recibieron en nuestro país un homenaje por su aporte a la lucha por los derechos humanos. Los dos se atrevieron a informar los crímenes generados por el terrorismo de estado.
Momento de ovación a los periodistas Neerlandéses Frits Jelle Barend y Jan Van der Putten, quienes en 1978 informaron al mundo sobre la calamitosa situación en derechos humanos que existía en Argentina durante la última dictadura civico militar. pic.twitter.com/Sy4I87Vs4o
— Juan Camilo Lenis ⚔🇵🇸 (@SerLenis) October 10, 2023
El 1 de junio del 78 se llevó a cabo a la ceremonia inaugural, pero Van der Putten, en lugar de cubrir ese evento, decidió ir a la Plaza de Mayo para dialogar con la Madres que realizaban su habitual ronda. Como él cuenta, sólo tuvo que ponerles el micrófono. El ruego de una de ellas, Marta Moreira de Alconada, dio la vuelta al mundo. “¡Por favor ayúdenos! Son nuestra última esperanza”, expresó en tono desgarrador ante la cámara.
En el libro “78. Historia oral del Mundial”, de Matías Bauso, el periodista y abogado Ulises Gorini señala que “la decisión de la TV holandesa produjo un efecto multiplicador. Varias emisoras europeas y otros medios gráficos comenzaron a programar notas con la Madres. A la misma hora que se inauguraba el Mundial, con la plaza más vacía que nunca, realizaron su silenciosa marcha. Pero por primera vez era transmitida en simultáneo por la televisión holandesa a millones de personas”.
La Selección Argentina derrotó a Holanda en la final. Las calles se inundaron de festejos absolutamente disociados del terror que también se vivía. Hubo una cena de clausura del Mundial a la que la selección holandesa decidió no asistir. El periodista Frits Barend ingresó camuflado con la credencial del futbolista Wim Rijsbergen, y en un momento se acercó hasta Videla y tuvo un corto diálogo:
-¿Dónde está la gente desaparecida?
-Perdón, ¿de qué habla? -le respondió el dictador.
-Sí, se dice que hay 30.000 personas desaparecidas -volvió a la carga Berend.
-¡Eso es mentira! -contestó enojado Videla.
Ese momento fue captado por el fotógrafo Bert Nienhuis (es la foto principal de esta nota, en blanco y negro), y se publicó en el semanario Vrij Nederland. "Después de eso, pasamos tres días encerrados en el hotel y le pedí a mi colega que durmiéramos juntos, en la misma habitación, porque sentí que no era seguro para mí”, recordó.
“Sin el Mundial 78, quizá no se hubiera denunciado nada en el mundo. Los periodistas pueden ir a los Mundiales, pero deben escribir lo que pasa fuera del estadio, no solamente deldeporte. Nunca olvidaré en mi vida esos cinco minutos con las Madres en la Plaza. Esas mujeres son heroínas”, finalizó.