Boca avanza en la Copa Argentina: dejó afuera a Talleres tras empatar 1 a 1 y definir por penales

Este domingo, Boca Juniors y Talleres de Córdoba se enfrentaron en un caliente cruce por el pase a las semifinales de la Copa Argentina, que se disputó en el estadio Malvinas Argentinas de la ciudad de Mendoza, con el arbitraje de Fernando Echenique. En un partido electrizante, el equipo dirigido por Jorge Almirón fue claramente superior, pero no logró plasmar la diferencia en el marcador, y finalmente logró el triunfo tras imponerse en la definición por penales.
El partido comenzó con un Boca muy activo, buscando desde el comienzo con la movilidad de jugadores como Valentín Barcos y Cristian Medina apuntalando el ataque para que Miguel Ángel Merentiel y Edinson Cavani pudieran llegar al fondo de la cancha y acosar el arco rival. El conjunto cordobés no encontraba respuesta, pero a Boca le faltaba embocar la pelota dentro del arco, y Talleres resistía como podía con uñas y dientes.
Quedarse con que Boca pasó por penales después de los 90 minutos jugados sería un error. Superioridad total de Boca frente a Talleres, que mereció ganarlo cómodamente y sin sufrir. El fútbol tiene estas cosas, y parece que había que avanzar de esta manera. GANEN LA LIBERTADORES!
— Davoo Xeneize (@DavooXeneizeJRR) October 16, 2023
🔜 Semifinales #DaleBoca 🔵🟡🔵 pic.twitter.com/fXQr78qYVS
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) October 16, 2023
Sin embargo, cuando parecía que Boca tenía el partido bajo control, una buena jugada de Talleres en ataque y una distracción de la defensa de Boca derivó en un centro al área de Juan Portillo, que le quedó a Juan Ortegoza, quien pese a estar solo frente al arco no pudo rematar bien y la pelota se fue pifiada hacia la derecha… donde esperaba Gastón Benavidez para conectar de volea y fulminar a un Chiquito Romero que había quedado descolocado por la carambola.
Talleres se ponía 1 a 0 en el mejor momento de Boca, y de inmediato volvería a la carga contra la portería Xeneieze, con una doble jugada de peligro que concluyó con la pelota yéndose muy cerca del palo izquierdo del arco.
Pero bien esta acción podría dar a pensar que la “T” podría a partir de este momento disputar el dominio del partido, el equipo de Almirón no se amilanó: sin acusar el golpe del gol, Boca siguió buscando con calidad, inteligencia y creatividad, aunque sin precisión. El arquero del conjunto cordobés, Guido Herrera, comenzaba a convertirse en el héroe de la noche para mantener la diferencia a favor de su equipo.
Tras una lluvia de situaciones de gol no concretadas por Boca, incluyendo dos manos dentro del área no sancionadas como penal, que encendieron la polémica en la noche, los equipos se fueron al vestuario con el 1-0 firme en el tablero.
El segundo tiempo fue prácticamente una repetición del primero, aunque con un Boca algo más mesurado, que seguía buscando el empate, pero sin la misma intensidad que en la primera parte. El Xeneize dominaba claramente a un rival que poco atinaba a hacer para contraatacarlo, y las situaciones de gol continuaban repitiéndose sobre el arco de Herrera.
Finalmente, el tanto de la igualdad llegaría por medio de un penal. Tras un centro largo, Edinson Cavani, con la astucia del delantero experto, luchó en el área y le ganó la posición a Portillo, quien terminó embistiéndolo y derribándolo en la desesperación por recuperar la pelota. El árbitro sancionó la falta, y el uruguayo la mandó bien al fondo de la red con un remate fuerte y bien colocado.
El partido ya estaba 1 a 1, pero Boca no quería conformarse con la igualdad y siguió insistiendo. Cavani tendría nuevamente la posibilidad de poner en ventaja a su equipo en incontables ocasiones, pero no hubo caso: en cada una de las chances, o bien por la oportuna intervención del arquero, o por falta de confianza y malas ejecuciones en los remates, la pelota no volvió a cruzar la línea de la portería.
Sin más sobresaltos, el árbitro Echenique decretó el final del encuentro tras añadir cuatro minutos al tiempo reglamentario, y la cuestión pasó a definirse con disparos desde el punto penal.
Con un Chiquito Romero indomable, Boca venía de ganar cuatro definiciones en penales, y a los jugadores de Talleres parecía asustarles la gigantesca sombra del arquero xeneize, ex portero de la Selección Argentina, aquel que “se convirtió en héroe”.
Esta vez, la mera presencia de Romero fue suficiente para los pateadores de Talleres sufrieran la presión de estar frente a un verdadero especialista en atajar penales, y como consecuencia, decidieran patear fuerte y arriba, con el objetivo de hacer difícil que el arquero llegue a la pelota, pero con un alto riesgo de errar.
Y fue justamente esto lo que terminó definiendo la serie sin que Chiquito tuviese que tocar una sola pelota: Nahuel Bustos inició la serie de Talleres tirándola a fuera, y el tercer pateador y autor del gol, Gastón Benavidez, la volvió a mandar a la tribuna. Desde el lado de Boca, los jugadores, imperturbables, fulminaron al arquero Herrera uno tras otro, y el “Colo” Barco cerró la serie con una exquisita definición, sellando el triunfo del Xeneize.
La historia estaba cerrada, Boca se clasificaba a las Semifinales, y alcanzaba un récord histórico para el equipo al ganar una quinta definición por penales en el mismo semestre. Jorge Almirón parece haber encontrado el esquema ideal del equipo, y mientras avanza en la Copa Argentina, sueña también con la Libertadores.