La tortuosa relación de Alberto Fernández con los Hermanos Macana

El jefe de Estado, Alberto Fernández, se encuentra entre la espada y la pared ante lo que es la relación de los hermanos jefes del Clan Moyano. Ya que, ante la ida del patriarca, los herederos esperan a ver quién se quedará con la corona más codiciada por el ámbito gremial.
Mientras Pablo Moyano está dedicado de lleno a lo que Cristina Fernández de Kirchner y el Gobierno nacional realizan, para irse juntos de las manos, su hermano Facundo Moyano cada vez que puede lanza un dardo antikirchnerista. Ahora bien, esa visión diferente no se sabe si va más allá de lo familiar.
Sin ir más lejos, es propicio dejar en claro que el mandamás del Club Atlético Alvarado ha dejado en claro sus discrepancias con el Frente de Todos (FdT), tras haber roto con la coalición para armar su propia estructura, RedxArg, el cual fue tildado de opositor.
Por otra parte, sus últimos acercamientos hacia el Gobierno marplatense de Guillermo Montenegro, también han determinado su afabilidad con la oposición. Ante todo ello, muchos lo visualizan con un pie dentro de Juntos. ¿Para tanto?
No se puede negar que, más allá de Facundo deja en claro que no le “interesa ser parte del Gobierno” y que decidió alejarse por “diferencias con el kirchnerismo”, hay cierta cercanía con el ahora ministro de Economía, Sergio Massa. A tal punto de dedicarle buenas vibras por las redes sociales y tomarse un café cada tanto en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
“El Gobierno de Mauricio Macri no fue bueno, pero no somos mejores”, sentenció en más de una ocasión el ahora “dueño” de “El Torito” marplatense, lo cual deja por sentadas las discrepancias con la actual gestión y el liderazgo de CFK. Y hasta añadió: “El peronismo tiene que estar preocupado por debatir un proyecto de país y no un proyecto electoral”.
Más allá de que Pablo Moyano le pidió a Alberto Fernández “que ponga lo que tiene que poner y le haga frente a los empresarios”, siempre dejó en claro su apoyo hacia la figura de CFK. Ahora bien, hay más allá que tan solo el apoyo por parte de un integrante de las familias más poderosas del sindicalismo.
Los gremios mayoritarios que llevan actualmente las riendas de la CGT son “los Gordos” (grandes gremios de servicios), cuyo referente es Héctor Daer, y el sector autodenominado “independiente”, que integran Gerardo Martínez (Uocra) y los estatales Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (AySA).
“Los Gordos” e “independientes” son los que sostienen a Claudio Moroni en el Ministerio de Trabajo, quienes resistieron a la reforma del sistema de salud que impulsó La Cámpora y aquellos que apuestan a Sergio Massa o “a algún gobernador que no sea Axel Kicillof” para competir contra el kirchnerismo en una eventual PASO del Frente de Todos.
La construcción de Pablo Moyano, que no tiene el aval por completo de su padre ni de sus hermanos, es a la inversa. Reunió en su frente a los gremios que no comulgan con el liderazgo de Daer y de los “independientes”, tejió una alianza con una de las vertientes de la CTA y, aunque con cierta desconfianza, frecuenta cada vez más a dirigentes de La Cámpora, entre ellos a Máximo Kirchner.
El deseo imposible de la tropa de sindicalistas kirchneristas es no quedar pegado al ajuste que instrumenta Massa, quien tomó el control de la economía fruto de un pacto entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Uno de los interlocutores sindicales de la vicepresidente le insinuó en una charla reciente que ella debía ser la candidata en 2023. “Está comprobado que los experimentos no funcionan”, le dijo. En La Cámpora piensan parecido.
Sin ir más lejos, es cada vez más doloroso para el Gobierno tener que mediar o intentar gestionar en medio de lo que muchos han comenzado a denominar como “los Hermanos Macana”: Facundo y Pablo.