
Mientras Alberto Fernández se iba de gira a Estados Unidos en un avión de Aerolíneas Argentinas que quedó exclusivamente destinado durante una semana al traslado de una injustificada y abultada comitiva, para luego disfrutar de las mieles de los hoteles de lujo de Nueva York, volvían a dispararse los precios en Argentina. Una cuestión que, dada su pérdida de poder, al Presidente no le mueve la aguja.
Vamos a los números: en agosto, el costo de la Canasta Básica Alimentaria aumentó 7,1 por ciento (60,8 en lo que va del año), y el de la Canasta Básica Total, 7,6 por ciento (57,3 en lo que va del año), por lo cual una familia de cuatro integrantes necesitó 119.757 pesos para no caer en la pobreza, según datos del INDEC.
En materia de salud, el Gobierno autorizó el octavo aumento en las cuotas de medicina prepaga en lo que va del año: 6 por ciento en marzo, 6 por ciento en abril, 8 por ciento en mayo, 10 por ciento en junio y 4 por ciento en julio. A través de la Resolución 1293/2022, publicada en junio pasado, el Ministerio de Salud aprobó la creación de este nuevo índice que podrá ser utilizado por las empresas del sector para aplicar subas en forma bimestral.
Por si fuera poco, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) dio vía libre el viernes pasado a las compañías a aplicar dos nuevos aumentos en los servicios de telefonía celular, internet y televisión hasta fin de año. En octubre, será del 19,80 por ciento, y en diciembre, del 9,80 por ciento, subas que se suman a las aplicadas en abril, que promediaron el 19 por ciento en cada servicio.
Por otro lado, se autorizó un ajuste del 125 por ciento en los peajes bonaerenses entre diciembre y marzo del próximo año. La actualización tarifaria en la autopista La Plata-Buenos Aires y en las rutas de la Costa Atlántica arrancará en diciembre con un primer incremento del 90 por ciento - que se sumará al 50 por ciento que rige desde agosto-, y en marzo será del 35 por ciento. Muy bien pensado para engordar la recaudación del Estado y romperles el bolsillo no solo a los laburantes, sino también a quienes planifiquen pasar unas vacaciones en las playas de la provincia, dado que ya es casi imposible para la clase media optar por el exterior.
Con estas nuevas subas, entre mitad de 2022 y marzo de 2023, los peajes bonaerenses habrán acumulado un ajuste tarifario que podría alcanzar el 275 por ciento.
Y aunque el Gobierno postergó la actualización de los impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), en octubre se viene otro golpe tarifario, luego del incremento del 7,5 por ciento de YPF en agosto.
En cuanto a la luz y el gas, se confirmó en las últimas horas que los usuarios que no se anotaron en el registro de Segmentación Energética serán caratulados como "nivel 1", es decir que unos 5 millones de hogares - casi un 30 por ciento de los usuarios de los servicios públicos- perderán los subsidios.
A pesar de estos números contundentes, que empobrecen día a día las mesas de los argentinos, el Ministerio de Economía presentará esta semana un Presupuesto 2023 que anticipa una proyección inflacionaria de “apenas” el 60 por ciento para el año próximo, cuando hacia fines de 2022 superará el cien por ciento. Este boceto inconsistente, mentiroso y exento de rigurosidad analítica, no hace más que causar indignación en todos aquellos que puedan hacer una lectura del mismo con sentido común.
El Gobierno sigue sin encontrar un rumbo, acéfalo en materia económica, colocando meros parches en los agujeros que siguen drenando pus. Sin un plan de trabajo que apunte al crecimiento, sin cambios estructurales, la Argentina seguirá inmersa en un espiral patológico que seguirá alimentando la pobreza, la miseria, la falta de educación y la cultura del “no trabajo”. Porque con los planes sociales, los votos seguirán asegurados. Y eso es lo único que les quita el sueño.