
Han pasado casi 3 años desde que el presidente Alberto Fernández asumió la Presidencia, en verdad parece que hubiese pasado más tiempo desde diciembre de 2019.
La pandemia, la pandemia macrista, la crisis económica recurrente hace parecer que el ciclo ha sido el mismo. El gran debate hoy es, ¿el gobierno está en condiciones de ganar las elecciones en el 2023?, todo indicaría que la inflación, los salarios a la baja, las tarifas al alza, las paritarias que nunca cubren la inflación y, sobre todo, la profunda decepción que pesa sobre el pueblo argentino, sobre todo el pueblo argentino, pero especialmente en quienes lo votaron en 201,9 lo hacen muy difícil. La decepción tiene que ver con que se depositaron muchísimas expectativas en una coalición de gobierno marcadamente heterogénea y en una persona qué fue Jefe de gabinete, pero nunca llevó a cabo una responsabilidad tal como la de Presidente ni algo parecido.
El presidente Fernández en el discurso trabaja con la izquierda, pero en el accionar acciona con la derecha. La asunción de Sergio Masa al Ministerio de economía y las medidas que está llevando a cabo demuestran que si bien no son de ortodoxia pura la idea es justamente esa, caminar hacia la ortodoxia, contentar al Fondo Monetario, hacer los deberes que este pide y así lograr bajar la tensión económica, en síntesis: el plan es “llegar”.
Muchos analistas dicen que el gobierno espera que la Selección argentina de fútbol tenga un resultado positivo en Qatar, como es sabido el fútbol siempre fue utilizado políticamente y un triunfo de la selección argentina en Qatar actuaría como distracción y como muchas elecciones provinciales comienzan en febrero y marzo de 2023, de pasado el verano ya estaríamos en instancia electoral.
Desde la asunción de Massa la figura de Alberto Fernández se ha transformado en algo así como en las monarquías parlamentarias, el rey “reina, pero no gobierna”, en realidad Massa es mucho más que un simple ministro de Economía, es el Jefe de gabinete.
La mayoría de las encuestas indican que el gobierno perdería las elecciones del año que viene y que la decepción se ha apoderado del 60 por ciento de los argentinos el tema es que no existe alternativa, la oposición quién ya fue gobierno y ya demostró lo que puede hacer y lo que no puede hacer y hacia quiénes gobernó y para quiénes no gobernó, no es alternativa , ni hablar de los libertarios coma mal dicho libertarios porque los libertarios qué buscan en realidad profundizar la grieta entre ricos y pobres ,ser conservador en lo social y en lo político y liberales en lo económico. Por otra parte, los medios de comunicación viven reiterando dos temas a cada rato, el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de kirchner y los diversos casos policiales, parecería que la cuestión económica, la falta de dinero la inflación, la suba de precios no están en la agenda de muchos medios a veces ni siquiera en la de los medios opositores.
El panorama para Argentina en el 2023 es difícil, es tener que elegir entre un gobierno que ya entre 2015 y 2019 demostró para quién gobernaba, para que gobernaba, que fracasó y que dejó un campo minado y un gobierno y un presidente que se encuentra notablemente perdido.
Ojalá los meses venideros aclaren las aguas, calmen los ánimos, bajen los odios y permitan elegir en libertad y utilizando la razón y no solamente el corazón, como que alguien haya hecho algo por vos hace tiempo y ahora esté en un lugar viendo cómo ocurre lo contrario y no es garantía.
Según las últimas encuestas Juntos por el cambio superaría el 35 por ciento de los votos seguido por el Frente de todos con el 25 por ciento y el 20 por ciento de los libertarios.
Como ven, mucha opción hoy no existe, el pueblo deberá seguir trabajando a diario como lo hemos hecho siempre, y rogando porque alguien se acuerde de él.
Marcelo Kinsfater