
En su desesperación por seguir siendo protagonista en un escenario que lo borró de un plumazo, el “políticamente suicidado” Alberto Fernández no tuvo mejor idea que prestarse a una entrevista televisiva en la que se vio acorralado y volvió a lanzar una polémica frase, sobre un tema de alta sensibilidad. A boca de jarro, y a pesar de que los archivos lo delatan diciendo lo contrario, aseguró: “(Alberto) Nisman se suicidó, espero que no haga algo así Luciani”. La amenaza fue lanzada tras acusar a jueces y fiscales de montar una persecución contra Cristina Kirchner con el fin de “excluirla de la vida pública, política y electoral”.
La gravedad de estas declaraciones, pronunciadas en el marco de la causa Vialidad en la que el mencionado fiscal pidió una condena de 12 años para CFK por asociación ilícita y maniobras de corrupción, causó indignación en la población y el entorno político. Si el peronismo está incendiado, la torpeza del Presidente se encarga de seguir propagando el fuego.
Una de las voces que salieron al cruce fue la de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, que expresó su “profunda preocupación” por las declaraciones contra el Poder Judicial. “Cuando las autoridades ejecutivas y legislativas interfieren en una investigación penal en curso, agravian la separación de poderes que es, huelga recordarlo, uno de los principios fundamentales de todo sistema republicano”, y le recordaron al Presidente, quien a pesar de su pésima conducta sigue dando clases de Derecho en la universidad, que no debe olvidar que “es precisamente su alta investidura la que constitucionalmente le impide formular ese tipo de declaraciones”.
Por supuesto que la oposición también saltó como leche hervida, y apeló directamente al pedido de juicio político contra el mandatario nacional.
Por su parte, la jueza Sandra Arroyo, ex esposa del fiscal Nisman (quien “casualmente” apareció muerto en su departamento en enero de 2015, antes de presentar una gravísima denuncia por traición a la Patria contra CFK), acusó al mandatario nacional por priorizar “inmiscuirse en asuntos de la Justicia” antes que ocuparse de “las necesidades reales de los argentinos”. "Hay que dejar que los jueces y fiscales trabajen sin condicionamientos", manifestó.
La lengua suelta del jefe de Estado también fue cuestionada por el procurador interino Eduardo Casal, quien en una carta dirigida al ministro de Justicia, Martín Soria, elevó un tirón de orejas para el mandatario nacional, al afirmar que sus dichos en una entrevista periodística fueron "una clara perturbación en el ejercicio de sus funciones”. “Esas expresiones no solo importan un menoscabo a la independencia y autonomía de este Ministerio Público Fiscal, sino que constituyen una injerencia indebida en el trámite de un proceso por cuya legalidad esta misma Institución también debe velar (art. 120 de la Constitución Nacional), y que al mismo tiempo afecta el principio republicano de división y respeto de poderes”, afirmó.
Lejos de quedarse en el molde, Alberto Fernández le respondió a Casal con una carta que publicó en sus redes sociales, en la que remarcó que el Poder Judicial, sus magistrados y funcionarios "no están ni podrán estar exentos de críticas y opiniones en una sociedad democrática".
Es evidente que al mandatario nacional el termostato del clima político le viene fallando. O tal vez necesite clases de oratoria de “La Jefa”, quien a pesar de su enorme y evidente fracaso político derivado de la mala elección del candidato oficialista en 2019, siempre se las ingenia para dar vuelta el discurso.
Pero la escandalosa declaración sobre el supuesto “suicidio” de Nisman, que lo dejó parado como un matón, es una más de la lista de papelones verbales del Presidente de los argentinos, la cual se despliega a continuación:
- "Tenemos que hacer lo necesario para que en el 2023 aseguremos un rotundo triunfo" (hizo todo lo contrario)
- "Queremos dejar los planes de lado” (lo único que hizo fue incrementarlos)
- "Nos resta enfrentar a los formadores de precios, y decirles basta" (la inflación no deja de escalar a cifras escalofriantes)
- "Los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían de Europa, y así construimos nuestra sociedad" (acusado de discriminación)
- “El viernes va a empezar la guerra contra la inflación en la Argentina” (marzo de 2022, más de dos años después de asumir, y con índice cercano al 100 por ciento)
- "Vamos a ser muy severos con quienes no respeten el aislamiento y se aplicará lo dispuesto por el Código Penal para quien viola las normativas" (marzo de 2020, al inicio de la pandemia en el país. Semanas después, el Presidente hacía una fiesta de cumpleaños en la residencia de Olivos, faltando a la norma que él mismo pregonaba y burlándose de todas las víctimas mortales de la enfermedad y sus familias).
Está claro que aún no aprendió la lección ni en la escuela ni en la vida: "Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras", decía William Shakespeare. Sin ir más lejos, con hechos concretos hubiera sido suficiente.