Economía y Empresas
De buitres y caranchos

Se extienden la agonía y la deuda: el BID garantizará otros 800 millones de dólares antes de septiembre

Esto le otorgará un poco de oxígeno al Gobierno de Alberto Fernández. Las futuras generaciones deberán hacerse cargo del desastre de este desgobierno. (Dibujo: NOVA)

El dinero pasará automáticamente a ser caja de reservas líquidas en el Banco Central. Eso es lo fundamental del cambio de actitud del organismo financiero internacional, que, desde el miércoles pasado, modificó su consideración sobre la realidad del país.

En 48 horas, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Argentina pasó de ser un país “insolvente” e imposibilitado de ser destinatario no sólo de nuevas líneas de crédito, sino también de liquidaciones de dinero ya habilitado, a recibir la aprobación de nuevos préstamos por unos 1500 millones de dólares para nuevos proyectos. Esto además de la promesa de liberación de otros 500 millones de dólares de las líneas corrientes que ya tiene activadas en el país, más otros 300 millones correspondientes a los giros de septiembre próximo.

En lo que resta del año, sumando otorgamientos anteriores y nuevas líneas, Argentina recibiría del BID unos 1100 millones de dólares. Esto le otorgará un poco de oxígeno al Gobierno de Alberto Fernández, a costa del próximo gobierno que deberá hacerse cargo de la deuda.

Lo importante para las cuentas fiscales, es que ingresan dólares que son cambiados en el sistema financiero argentino, con lo que el dinero pasará automáticamente a ser caja de reservas líquidas en el Banco Central. Eso es lo fundamental del cambio de actitud del organismo financiero internacional que, desde el miércoles pasado, modificó su consideración sobre la realidad del país, sólo por el cambio de los funcionarios que manejarán desde mañana el Palacio de Hacienda.

La novedad de las últimas horas es que dos proyectos fundamentales aprobados la semana pasada (el ya anunciado plan para la descarbonización de la energía y un reforzamiento de fondos para avanzar en proyectos de agua potable en la provincia de Buenos Aires), ya tienen estatus oficial de implementación (el banco comienza a liberar divisas hacia la Argentina) con lo que la cantidad de dinero activo del BID al país suma ahora unos 11.767 millones de dólares en préstamos activados; y, se descarta, en días se acreditarán los 500 millones que la entidad tiene retrasada en su liquidación, dinero que para la entidad que maneja Miguel Pesce será maná del cielo en la necesidad de reforzar la llegada de divisas.

Con la llegada de Sergio Massa, Mauricio Claver-Carone piensa que puede tener otro tipo de relación con Argentina y que, hacia delante, el país dejará de pedir públicamente su eyección como titular del banco. Además, considera que el encumbramiento del tigrense representa el inicio de una nueva etapa en el país. Ahora se especula con algo superador. Que, con la visita de Massa a Washington de la tercera semana de agosto, pueda haber un encuentro en la capital norteamericana cara a cara con Claver- Carone.

La relación había quedado rota desde aquella embestida de Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas de Los Ángeles de junio pasado. Allí, el Presidente argentino había pedido abierta y públicamente que se removiera a Claver-Carone al afirmar que “la Banca de Desarrollo Regional, sin más demoras”, y “la gobernanza vuelva a América Latina y el Caribe. El BID requiere un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financiamiento”. El pedido no tuvo mayor eco en los colegas del jefe de Estado presentes en la Cumbre. Pero sí en Claver-Carone que frenó inmediatamente los créditos vigentes con Argentina.

El norteamericano permanece en su cargo ante el amparo técnico que su llegada al lugar es fruto de la votación de los miembros, y que no hay en ningún lugar del estatuto de la entidad un impedimento legal para que un ciudadano de ese país sea elegido. Ante esta realidad, el reclamo del jefe de Estado argentino no fue tenido en cuenta. Esta posición sobre Argentina es un cambio de actitud por parte del norteamericano.

Desde el primer momento de su asunción como presidente del BID, Claver-Carone, conociendo la realidad con la que llegó a dirigir el BID, pidió especialmente en reuniones privadas con economistas argentinos que integran la entidad que continuaran en sus cargos pese a la embestida del Gobierno nacional. Les dijo que la idea era profundizar la ayuda sobre la base del trabajo que ellos habían hecho hasta el momento y que debían profundizar. Y, especialmente para el caso argentino, prometió apoyo para nuevos créditos y respaldo en las negociaciones con el FMI.

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