Humor
Nuevos aires

El amor prohibido entre el gobernador de Chaco y su maniquí

Jorge Capitanich le dio la mano a una persona que vendía tejidos y saludó a su alma gemela.

Todo parece ser una cuestión de burla, pero realmente, en la vida de un ser humano, en el siglo en el que estamos, podemos estar enamorados de seres humanos o bien, de objetos.

Mientras caminaba entre los stands junto a un grupo de colaboradores, Jorge Capitanich le dio la mano a una persona que vendía tejidos. E inmediatamente se agachó y “saludó” a un maniquí que exponía una de esas producciones: un gorro negro. En ese gesto, tomó con sus dos manos “la cabeza” de plástico y la besó en la parte de arriba. Y, en ese momento, las personas que estaban con él lanzaron risas incómodas.

Pero cuando se estaba por retirar, el maniquí comenzó a caerse porque el gobernador lo dejó mal ubicado después de besarlo y él mismo Capitanich se dio cuenta, entonces volvió su vista hacia atrás. “Mirá qué bueno que está”, acotó, al notificar que se trataba de un muñeco.

Todos tenemos algún fetiche y en este caso, según lo trascendido en videos e imágenes, el gobernador se volvió objetofilia.

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