
Por Luis Gotte, especial para NOVA
Darya Dugina, seguramente que para una gran mayoría de nosotros nos era desconocida. Sí sabíamos de su padre, el filósofo ruso Aleksandr Duguin, quien había estado varias veces en Argentina, invitado por la CGT, para exponer sobre sus ideas de “La Cuarta Teoría Política”. Además, es un gran admirador del General Juan Domingo Perón y de la Argentina.
Hoy el nombre de Darya recorre los portales de todo el mundo. Muchos dirán, y con razón, cuántos miles de jóvenes anónimos mueren en Ucrania, o en la región del Dombas. Pero este desafortunado hecho es distinto, por sus posibles consecuencias.
Probablemente, porque ha pasado cientos de veces en la historia, la Iglesia Ortodoxa rusa la eleve al nivel mártir, una heroína que dio su vida por sus creencias y amor a la religión, a su patria y a su pueblo, que muere a causa de las fuerzas oscuras del Occidente ateo y materialista. Y, el poder político, aprovechando este increíble error de los ucranianos, la convertirla en la heroína de la Nueva Rusia como una nueva Juana de Arco. Un símbolo, un nuevo icono cultural para la juventud, que se conectará con el compromiso de una Rusia unida contra el occidente globalista.
Su martirio representa algo que está al alcance de ambos lados, del arco religioso como del político porque ya se trata de una figura de unidad nacional. Sirve para unificar la Rusia del pasado con el presente, y la religión con la política.
En la América Hispana, a partir de ahora, surgirán más seguidores de la Nueva Rusia. Si Volodímir Zelenski estaba preocupado por la actitud de los hispanoamericanos, ahora deberá preocuparse más. Los Estados Unidos británicos y los europeos también serán otros grandes perdedores, primero, porque esta guerra eslava jamás hubiera sucedido sin su apoyo o, por lo menos, habría terminado hace varios meses. Ahora, Rusia será como su invierno, invencible.
Un hecho convertido en símbolo político, tiene más fuerzas que cualquier ejército o arsenal militar. Darya ha muerto para dar vida a la naturaleza profunda de lo que representa ser ruso. Ya ni siquiera es una mujer, es el alma del pueblo ruso todo.
Los ucranianos generaron un mártir para los rusos. La historia nos demuestra que los norteamericanos se encolumnan detrás del poder político luego de un atentado, casi siempre de falsa bandera. Debemos observar atentamente como actuará la juventud rusa ante este trágico hecho.