El columnista invitado
Visión

Un faro, otra vez

Lucas Matías De Stéfano, administrador de Servidores IT.

Por Lucas Matías De Stéfano, administrador de Servidores IT (*)

Alquile con mis hijos un velero amarrado a un puerto en Buenos Aires para pasar una noche durmiendo en su interior; el dueño de la embarcación era un viejo marinero que tras una entusiasmada conversación acerca de la navegación, nos transmitió su perspectiva acerca del profundo significado de descansar en un barco; asemejándose a la vivencia uterina de un feto habitando dentro de la panza de su madre.

Su capacidad de reconocer el dormir dentro de un velero, como al Útero materno,…navegando donde decida ir su Madre, quien sostiene el timón... me inspiró a reflexionar y a decidir comenzar el aprendizaje de la navegación a vela en la Náutica de Villa de Carlos Paz.

El agua nos traslada, nos lleva a puertos nuevos, a encuentros con otros. Así mismo nuestros ancestros se embarcaron hacia tierras lejanas. En el interior de un Útero a través del océano, viajaron hacia el continente Americano y ahí mismo su linaje renació en un nuevo mundo, dentro del mismo planeta. Nuevas oportunidades, nuevos desafíos, nuevos horizontes, nuevos sabores y colores. El agua nos lleva, el agua nos une, el agua nos da forma, el agua nos vive.

Navegar rumbo nuevos horizontes, atravesando ríos y mares; algunas generaciones fueron como peces nómades que emigran en búsqueda de otras aguas dulces donde saciar su sed, reproducirse y donde volver a tejer sueños...nuevas creencias, nuevas culturas, construyendo identidad.

Todos llevamos en nuestra memoria genética esos viajes uterinos que antepasados decidieron embarcar, dejando morir sus tierras que los vieron nacer y así renacer nuevamente en regiones distantes...

Volver a reCrearnos; emprendedores de otros tiempos. Hoy nietos o bisnietos de aquellos osados aventureros, deciden (a veces sin saber por qué o para qué) aprender el arte de navegar...Y así también a navegar en la fidelidad de aquellos valientes que por supervivencia habitaron nuevos territorios.

Hoy, en un nieto se enciende el Faro que activa el deseo a aprender a Navegar para volver al agua, quizás para cruzar el océano y volver al continente Europeo, y así contemplar la raíz y tomar fuerzas, volver a observar la orilla que vio a su linaje nacer.

Estamos compuestos por un 60 por ciento de agua en nuestro cuerpo humano y el planeta Tierra tiene un 70 por ciento de agua.

El agua nos habita y aprovechando este conocimiento, nos hacemos conscientes que cada vez que soltamos amarras y elevamos el ancla desplegando nuestras velas, nos adentramos a nuestras aguas profundas, fusionando nuestro 60 por ciento de agua con el 70 por ciento de agua del planeta tierra. Nos conectamos con el agua universal del planeta, con su memoria, nos dejamos guiar por las corrientes marítimas, de ríos o de lagos y así viajamos al interior de nuestras memorias que antaño edificaron otros, en viajes repletos de emociones, alegrías y tristezas, de nuevas vivencias que solo un valiente marinero en su profunda mirada y profundo corazón puede atesorar al llegar a la otra orilla.

Que el navegador sea consciente de las olas que nacen y mueren, así como las vivencias llegan y se van, las orillas que a esta generación recibe serán las que luego otra generación despedirá. Pero el agua, el océano siempre es el mismo...Siempre lleva nuestra memoria y une todas las orillas y nos invita a soltar amarras y levantar la Vela, siguiendo nuestros anhelos y sueños del corazón de un marinero curioso por emprender viaje dentro de un útero...de la Madre Tierra, habitando territorios.

(*) Programador; project manager; emprendedor de proyectos de triple impacto ambiental; comunicador.

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