
Por Agustina Casalongue, psicopedagoga, especial para NOVA
Primero aclararemos que una problemática en el aprendizaje puede ser distracción, dificultad en la alfabetización, conductas inadecuadas dentro del salón, etcétera. Es muy amplia la palabra problemática, ya que existen diversos trastornos y complejidades en el aprendizaje.
Lo que si debemos tener en cuenta es que dicha complejidad en el aprendizaje puede tener que ver con lo cognitivo o emocional (también por ambos). Por ejemplo, una dificultad en la atención puede resultar siendo mediante el déficit de atención, o bien puede ser que el sujeto no se encuentra conectado a la realidad, por sucesos que acontecen a su alrededor que no lo dejan pensar y concentrarse con claridad. Nos pasa a los adultos ¿Por qué no a los niños?
Por eso es de suma importancia, frente al planteamiento por la escuela de si el niño tiene o no dificultades en el aprendizaje, analizar una serie de factores que contextúan al mismo. Esos factores tienen que ver con si el embarazo de la madre ha sido tranquilo o no, de si el niño ha logrado o no lo esperado para su edad en cada etapa del desarrollo, si el niño es capaz de comunicarse claramente, si no hay acontecimientos como fallecimientos, perdidas, o duelos por los que el sujeto este atravesando.
Y lo esencial es cualificar si alrededor del niño dentro del salón, todo se encuentra en orden, es decir la relación con sus compañeros, el vínculo con la docente. Además del apoyo que debe recibir por parte de su familia en las tareas escolares. Por lo tanto, cuando hablemos de una problemática, no es esa etiqueta y ya, sino todo lo que se encuentra alrededor de ella.