El jefe de Estado Alberto Fernández se ha convertido en un meme, más bien quedó definido cono el máximo responsable de que el Sillón de Rivadavia se haya devaluado a un mísero asiento común. La embestidura presidencial se inclinó hacia la vestimenta típica de una “vedetonga”.
Medios de comunicación de gran hipérbole, periodistas, funcionarios y hasta los internautas de las redes se encargaron este martes de poner en boca de todos un nuevo capítulo chinesco del Presidente, quien fue tratado de “viejo pajero” y “pelotudo” por la flamante ministra Silvina Batakis, horas antes de ser confirmada en la cartera de Economía el domingo.
Antes de ingresar de lleno en la temática del día, es propicio dejar en claro que la primera “domada” contra Alberto Fernández fue originada por la ex diputada nacional Fernanda Vallejos, de quien se filtró un audio en donde expresó: “Es un okupa porque no tiene votos, no tiene legitimidad y no lo quiere nadie”.
Por otro lado, lo calificó también de “mequetrefe”, “enfermo” y hasta sentenció que “no sirve para nada”. Tan grave como cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, embistió con una durísima crítica a la gestión del presidente Alberto Fernández y su particular llegada al poder.
“El que trajo al borracho, que se lo lleve”, aseveró Sergio Berni en alusión a la responsabilidad de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner en haber escogido al “viejo pajero”. El ministro de Seguridad bonaerense, desde un principio, lo remarcó como un jefe de Estado poco serio.
No todos los proyectiles de munición gruesa fueron originados desde el mismo Frente de Todos (FdT), ya que en el ámbito peronista se lo ha señalado rotundamente. Ejemplos sobran como los del ex presidente Eduardo Duhalde expresando que Fernández “está grogui como lo estaba (Fernando) De La Rúa” y el dirigente Guillermo Moreno calificándolo de “inepto”.
Igualmente, nada supera los chats de la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, remarcando sus facetas de “viejo pajero” y “pelotudo”, amén de alegar que el Presidente quiso llevársela a la cama. Por encima de las burlas que ejerció CFK en el homenaje al presidente difunto Juan Domingo Perón, respecto a la confusión de “Garganta profunda” con el medio de cultura villera “Garganta Poderosa” y el tóxico control telefónico.
Alberto Fernández es un hazmerreír sin defensa, mucho menos contraataque. Se trata del caso de un mandatario reducido a un simple “pelotudo”, “inepto”, “grogui”, “okupa”, “borracho” y “viejo pajero”, según indican sus más íntimos que lo conocen bien.
“Viejo pajero”, nos recuerda a aquel mítico personaje de la revista Humor, dibujado por el genial maestro Tabaré Gómez Laborde, el Cacique Paja Brava, un risueño indio que nunca lograba atrapar a sus conquistas, y culminaba dándose placer a mano pelada.
Del ridículo no se vuelve, decía el General Juan Domingo Perón. Y vaya si tenía razón.
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