La presentación de la demanda la radicó el abogado chileno Michael Palma Saez, representante legal del productor teatral argentino, en la justicia de Santiago, Chile.

Romerito y el hermano de Jean Beausejour, Carlos Villar Coliqueo, firmaron un contrato el 18 de marzo de 2018 por al menos tres presentaciones en la localidad de Valparaíso, que incluía un staff de once artistas y una asistente.

Entre los once artistas figuraban Jorge Troiani y Romerito, dos vedettes y siete bailarinas, los que vieron frustrado el cumplimiento del acuerdo, con sus consecuentes perjuicios.

Antes de la firma del contrato, el productor teatral argentino le pagó la estadía a un representante de Esbo para que pueda mirar el espectáculo en Buenos Aires, lo que significó un gasto de 1.000 dólares.

A pesar de que el contrato se firmó y las al menos tres presentaciones se iban a desarrollar el mayo de 2018 en un complejo polideportivo de Esbo, a mediados de abril, de manera unilateral, desde la empresa contratante llamaron por teléfono a Romerito para indicarle que los shows se suspendían, sin importar que los espectáculos habían sido promocionados con un flyer a través de diversos canales de difusión.

Romerito, Troiani y todos los artistas habían reservado los días fijados por el contrato y desechado otras contrataciones, por lo que las consecuencias económicas por el incumplimiento del acuerdo fueron resonantes.

Desde la representación legal de Romerito explicaron que en la demanda presentada ante la justicia chilena se pidió un resarcimiento económico que asciende a los 14.240 dólares.

En el detalle se explicó que por cada presentación los artistas iban a cobrar 3.500 dólares, por lo que por los tres días se habrían alzado con 10.500 dólares. A lo que hay que sumar los 240 dólares de viáticos por cada artista y los 1.000 dólares por los gastos del representante de la empresa que viajó a Buenos Aires, más las costas del abogado.

En diálogo con NOVA, Romerito explicó que “tiene decidido ir hasta las últimas consecuencias con esta demanda”.

“La verdad es que el incumplimiento del contrato nos ocasionó un enorme perjuicio. Habíamos reservado exclusividad para las presentaciones en Chile, realizamos gastos de vestuarios por 2.000 dólares para ese espectáculo, pagamos 500 dólares por un set de fotos de alta calidad que nos pidieron desde Esbo. Todo ese dinero fue a la basura”, recordó el productor teatral argentino.