Por Luis Gotte, especial para NOVA
El general Juan Domingo Perón nos pedía unidad y organización. Hoy es urgente esa unidad y organización, que nuestros dirigentes partidarios dejen el vuelo gallináceo, de mirarse al ombligo, de ser tan egoístas y sectarios.
Necesitamos organizar a nuestra Patria, poner en funcionamiento un Instituto de Poblamiento Nacional, como se hizo en 1952 con el Segundo Plan Quinquenal. Porque precisamos de quienes comienzan a ubicar estratégicamente a los que regresen del exterior, particularmente de Europa, y no sumen amontonamientos en el Conurbano.
El Talón de Aquiles de Europa es el alimento, en casi toda su historia el hambre fue una constante en aquél continente. Con el descubrimiento de América fueron refrenando el problema. La Europa Occidental fue incorporando los alimentos que les proveía el Nuevo Mundo. La Europa Oriental no ha tenido la misma suerte. Ahora, el viejo continente retorna a sus viejos miedos, a los fantasmas del pasado: el hambre.
Que hay objetivos políticos detrás de este escenario inexplicable, es evidente que sí. ¿Quién está o está detrás de esta situación?, los sospechosos de siempre: los anglosajones, de uno y otro lado del Atlántico. La dirigencia política europea es la más mediocre después de la caída soviética. Circunstancia que está aprovechando los Estados Unidos británicos, incluso, a expensas de Londres.
Este escenario de encarecimiento de los alimentos, es decir, granos, aceites y harinas manufacturados, que pone en peligro la seguridad alimentaria europea, sumado a una nueva confrontación con riesgo de utilización de armamento nuclear o “bombas sucias”, está asustando a todos. Muchos, particularmente argentinos, comenzarán a dudar si quedarse o regresar a casa.
Argentina tiene un solo problema que es de organización, nuestra desorganización, que viene desde 1983, está provocando esta crisis económica y caos político, con un pueblo inorgánico y políticos sin propuestas. Organizarnos implica tan solo obedecer, cumplir, acatar el mandato del art. 1 de nuestra Constitución Nacional, aceptando la forma de gobernarnos desde un sistema federal, representativo y republicano.
Si comprendemos e implementamos un verdadero sistema federal de Gobierno, fortaleciendo al sistema municipal, en particular el bonaerense dotándolo de autonomía y una propia constitución local, haremos que, parafraseando a Manuel Dorrego, se transformen en pequeños engranajes, ruedas en movimiento que empujen a la gran rueda, que es la Patria. Organizados, esperaremos a todos los hombres de buena voluntad que quieran venir a trabajar. No antes.