Por Fiorella Marta (MN 153762 ), dermatóloga (CODERMA)
El cuidado personal no tiene género, edad ni ideología. En los últimos años venimos registrando un incremento exponencial de hombres con inquietudes en materia de tratamientos estéticos.
Los hombres que llegan a la consulta no son metrosexuales sino aquellos que, en general, nunca se han ocupado de su estética y que, al promediar los 40 años, empiezan a tomar conciencia de sus excesos.
Sobre todo, se muestran arrepentidos de haberse calcinado en largas sesiones de cama solar con aceites y aceleradores cuando el bronceado extremo estaba de moda.
En el ranking masculino de las preocupaciones médico estéticas no está en el podio el envejecimiento de la piel sino que lidera por lejos el tema alopecia (caída de cabello).
El segundo lugar del ranking lo ocupa el acné, o las secuelas que este haya dejado a lo largo del tiempo, las cicatrices atróficas deprimidas o las típicas manchas, que por lo general son hiperpigmentaciones post inflamatorias.
En tercer lugar, preocupan las ojeras, que dan ese aspecto de cansancio y las pronunciadas patas de gallo. Y en cuarto lugar la famosa papada.