Por Cata Cabana, historiadora
Hay algo que nos atraviesa desde siempre: la grieta. La primera, como en la Antigua Roma, se dio en Buenos Aires cuando era tierra de patricios y plebeyos. Fueron los patricios los que iniciaron aquella grieta.
Manuel Belgrano, desde su lugar patricio, enfrentó al resto del patriciado; pero se enfrentó con un ejército de plebeyos, con un pueblo diverso y generando identidad a través de la escaparela, la bandera y la diversidad unida; dando como consecuencia una mayor grieta con el resto del patriciado.
Lejos de Buenos Aires, se declara la independencia, gracias al esfuerzo, sacrificio y trabajo de patricios rebeldes y plebeyos aliados. Claro que no quedó todo ahí. Desde 1816 a 1880 la grieta no quería saldarse, pero finalmente se nombró el nacimiento de la República Argentina.
Pero ¿quiénes le dieron nacimiento a la República? Así es, los patricios. En ese entonces, ellos controlaron y decidieron sobre el futuro de la economía y las tierras argentinas.
Casualmente, tierras que hoy alimentan a la población. Tierras que hoy siguen decidiendo el camino de nuestra economía a través de la alimentación de la inflación.
Es entonces cuando nos damos cuenta de que la inflación es una herramienta económica que utiliza la grieta, ¿cuál? La grieta patricia, para así generar aún máyor diferencia entre ellos y los plebeyos.
Podemos leer todas las teorías económicas del mundo; pero en Argentina el caso es particular. Es por ello, que debemos estudiar nuestra historia, nuestro recorrido, para que el pasado nos acerque el presente, y nos ayude hacia al futuro.